
Un 3 de marzo de 1989, el mundo presenciaba el nacimiento de un hito en la historia del pop y la controversia: Madonna lanzaba el videoclip de Like a Prayer.
Dirigido por Mary Lambert, la pieza audiovisual no tardó en convertirse en un incendio mediático por su explícita carga religiosa y sexual, desatando la furia de sectores conservadores y religiosos, pero también la adoración de millones de fans y la aclamación de la crítica.
Like a Prayer: de la confesión íntima al himno pop rock con toques góspel
La canción, que también cumplió aniversario este 3 de marzo, fue el primer sencillo del álbum homónimo de Madonna.
Compuesta y producida por la reina del pop junto a Patrick Leonard, Like a Prayer representó un giro artístico en la carrera de Madonna, quien buscaba conectar con un público más adulto y explorar temas personales en sus letras.
En palabras de la propia artista, la canción trata sobre "una joven apasionada y enamorada de Dios que se convierte en la única figura masculina en su vida".
Con una fusión de pop rock y música góspel, la canción incorporó textos litúrgicos con doble sentido, jugando con insinuaciones sexuales que no pasaron desapercibidas.
Like a Prayer fue alabada por la crítica y se convirtió en un éxito comercial arrollador, alcanzando el número uno en las listas de Estados Unidos y Reino Unido, entre otros países.
Cruces en llamas, santos negros y boicot a Pepsi: la polémica desatada
Sin embargo, fue el videoclip el que prendió la mecha de la controversia.
Dirigido por Mary Lambert, el video presentaba a una Madonna ambigua, vestida como una virgen "pecadora", siendo testigo del asesinato de una joven a manos de supremacistas blancos y refugiándose en una iglesia.
Las imágenes de cruces en llamas al estilo Ku Klux Klan, la aparición de un santo afroamericano al que Madonna besa en sueños. Y la iconografía católica presente en todo el clip, se consideraron blasfemas por el Vaticano, que condenó públicamente el video.
Grupos familiares y religiosos protestaron contra su emisión e incluso boicotearon productos de Pepsi. La marca de refrescos que había utilizado la canción en un anuncio protagonizado por Madonna.
A pesar de que Pepsi canceló su contrato de patrocinio, permitió a la artista conservar los cinco millones de dólares ya pagados.
A pesar del vendaval de críticas, Like a Prayer se consolidó como uno de los mayores éxitos de Madonna. Y ganó un premio MTV Video Music Award en 1989. La canción se incluyó en siete de sus giras mundiales, demostrando su vigencia y conexión con el público a lo largo de las décadas.