
El 7 de marzo de 1975, David Bowie sorprendió al mundo con Young Americans, su noveno álbum de estudio.
Con este disco, el artista británico dejó atrás definitivamente a Ziggy Stardust y la estética del glam rock que lo había definido hasta entonces, sumergiéndose en un sonido influenciado por el soul y el R&B.
Bowie llamó a este nuevo estilo Plastic Soul, describiéndolo como "los restos aplastados de música étnica que sobreviven en la era de la Muzak rock, escritos y cantados por un británico blanco".
Un cambio radical en la carrera de David Bowie
Para este álbum, Bowie reunió a un equipo de músicos de primer nivel, incluyendo al guitarrista Carlos Alomar, el saxofonista David Sanborn y al entonces joven corista Luther Vandross.
También contó con la participación de John Lennon, quien coescribió y tocó la guitarra en Fame, el primer número uno de Bowie en Estados Unidos.
Además, el álbum incluyó una versión de Across the Universe de The Beatles, reinterpretada con una sensibilidad más soul.
El proceso de grabación de Young Americans comenzó en agosto de 1974 en los Sigma Sound Studios de Filadelfia, un estudio emblemático del Philadelphia Soul. Según el productor Tony Visconti, el 85% del álbum fue grabado en vivo en el estudio, capturando la esencia del sonido que Bowie buscaba.
Temas y recepción
Las canciones de Young Americans exploran temas como el consumismo, la raza y la fama. Right aborda el racismo en Estados Unidos, mientras que Somebody Up There Likes Me reflexiona sobre la existencia de un ser superior. Fame se convirtió en un himno sobre el precio del éxito en la industria musical, algo que Bowie conocía de primera mano.
El disco fue bien recibido tanto por la crítica como por el público, alcanzando el top 10 en las listas de Billboard. Sin embargo, algunos críticos de la época no estuvieron convencidos del cambio de estilo.
Robert Christgau, de Village Voice, calificó el álbum como "un fracaso casi total", mientras que Rolling Stone elogió su capacidad para fusionar el soul con el pop británico.
A lo largo de los años, la percepción de Young Americans ha cambiado, siendo reconocido como un álbum clave en la evolución de Bowie.
En 2013, NME lo incluyó en su lista de los 500 mejores discos de todos los tiempos, y el libro 1001 Albums You Must Hear Before You Die lo destacó como una obra esencial