
El 27 de marzo de 1987, U2 llevó su música a las alturas en el centro de Los Ángeles.
La banda irlandesa filmó el video de Where The Streets Have No Name en la terraza del Republic Liquor Store, en la intersección de la Séptima y la Principal, generando un caos que requirió la intervención policial.
Inspirados en la icónica presentación de The Beatles en Let It Be, Bono y compañía atrajeron a cientos de personas en una actuación que se volvió legendaria.
El video, dirigido por Meiert Avis, comienza con una transmisión de radio anunciando que U2 tocaría en la azotea a las 15:30, con la expectativa de reunir a miles de fanáticos.
A medida que la banda interpreta el tema, la multitud crece en las calles. Esto lleva a la policía a intervenir y advertirles que la filmación debía detenerse.
U2: música, controversia y un rodaje al borde de la legalidad
Durante la grabación, U2 tocó aproximadamente ocho canciones. Entre ellas se incluyeron People Get Ready, In God's Country, Sunday Bloody Sunday. Pride (In the Name of Love) y múltiples versiones de Where The Streets Have No Name.
Ante el riesgo de que las autoridades cortaran la electricidad, el equipo técnico instaló un generador de respaldo para asegurar que la filmación pudiera continuar.
Aunque la tensión con la policía fue real, el mánager de la banda, Paul McGuinness, reveló en 2007 que parte de la confrontación fue exagerada intencionalmente para darle dramatismo al video.
Aun así, la situación casi termina en arrestos, ya que el productor Michael Hamlyn tuvo un altercado con las autoridades.
El resultado fue un video que capturó la energía de U2 en vivo y se convirtió en un clásico.
En 1989, la banda ganó el Grammy a la Mejor Interpretación en un Video Musical. Esto consolidó la canción como un himno de The Joshua Tree, el álbum que los catapultó al estrellato global.