
El 29 de marzo de 1979, la banda británica Supertramp publicó Breakfast in America, su sexto álbum de estudio y el que se convertiría en el mayor éxito comercial de su carrera.
El disco alcanzó el primer lugar en las listas de ventas de Estados Unidos, Canadá, Australia y varios países europeos, consolidando a la banda como una de las más influyentes del rock progresivo y el pop rock de la época.
Este álbum incluye algunos de los temas más icónicos de Supertramp, como The Logical Song, Goodbye Stranger, Take the Long Way Home y la canción homónima Breakfast in America, que terminó siendo una de las más recordadas pese a que inicialmente no contaba con el respaldo de Rick Davies, uno de los cofundadores del grupo.
Tensiones creativas tras un álbum legendario
El proceso de creación del disco estuvo marcado por diferencias entre Roger Hodgson y Rick Davies, los dos principales compositores y líderes de la banda.
Hodgson reconoció en una entrevista que su relación con Davies siempre fue complicada: "Tenemos una relación extraña. Siempre ha sido extraño. Los dos somos bichos raros, y nunca hemos podido comunicarnos demasiado a nivel verbal. De todas formas, tenemos un vínculo muy profundo", explicó el músico, según recoge Los 40.
A pesar de estas tensiones, lograron un equilibrio que definió el sonido de Breakfast in America, un álbum con un tono más ligero y accesible que los trabajos anteriores de la banda. Hodgson explicó que el objetivo era transmitir una sensación de diversión y calidez:
"Las canciones de este álbum se eligieron porque queríamos obtener una sensación de diversión y calidez. Creo que sentimos que habíamos hecho tres álbumes bastante serios, y ya era hora de que mostráramos una parte más ligera de nosotros mismos".
Breakfast in America: un éxito de ventas millonario con sabor americano
El éxito de Breakfast in America fue inmediato y perdura hasta hoy. Ha vendido más de 18 millones de copias en todo el mundo, incluyendo cuatro millones solo en Estados Unidos. Además, sigue siendo considerado un referente del rock clásico y del pop progresivo.
Otro aspecto destacado del álbum es su icónica portada, diseñada por Mike Doud.
En ella, la actriz y modelo Kate Murtagh aparece representando a la Estatua de la Libertad, pero en lugar de una antorcha sostiene un vaso de jugo de naranja, mientras al fondo se observa una versión caricaturesca de Nueva York hecha con utensilios de cocina.