
El 21 de febrero de 1933, nacía en Carolina del Norte, Estados Unidos, Eunice Kathleen Waymon, mundialmente conocida como Nina Simone.
Cantante, compositora, pianista y activista, su legado trasciende la música al haber sido una de las voces más emblemáticas en la lucha por los derechos civiles en su país.
Con una voz inconfundible y un talento musical excepcional, fusionó el jazz, el blues y el soul con una carga emocional única.
Desde niña demostró habilidades extraordinarias para la música. Aprendió piano en la iglesia y, gracias al apoyo de su comunidad, ingresó en la prestigiosa Juilliard School de Nueva York. Sin embargo, su sueño de convertirse en pianista clásica se vio truncado cuando el conservatorio de Curtis en Filadelfia la rechazó, un hecho que atribuyó al racismo.
Nina Simone: una carrera marcada por el arte y la protesta
A pesar de este revés, Simone encontró su camino en la música popular. Su primer gran éxito, I Love You Porgy, le abrió las puertas de la industria.
Con el tiempo, lanzó icónicas interpretaciones como I Put a Spell on You, Feeling Good y Ain't Got No, I Got Life, convirtiéndose en una de las artistas más influyentes de su tiempo.
Pero su arte iba más allá de lo musical. Simone usó su voz para denunciar la discriminación racial y la injusticia social.
Canciones como Mississippi Goddam, compuesta tras el asesinato de cuatro niñas afroamericanas en un atentado en Alabama, y Strange Fruit, sobre los linchamientos en el sur de EE.UU., la consolidaron como un símbolo de resistencia.
"A un artista debe importarle lo que pasa en su entorno. Si no, no es un artista", afirmó en una de sus entrevistas.
Un legado que sigue vigente
A lo largo de su carrera, Simone luchó con la industria musical, problemas financieros y trastornos de salud mental.
En los años 70, se exilió en Liberia y más tarde vivió en Suiza y Francia, donde continuó su carrera hasta poco antes de su muerte en 2003.
En reconocimiento a su impacto, en 2000 ingresó al Grammy Hall of Fame, y en 2018 fue incluida en el Salón de la Fama del Rock and Roll.
Su influencia sigue vigente en la música y el activismo, con artistas como Childish Gambino rindiéndole homenaje.
Su historia, marcada por la lucha y la pasión, sigue inspirando a nuevas generaciones.
A días de su fallecimiento, el Instituto Curtis le otorgó un título honorario, reconociendo demasiado tarde a la artista que había rechazado décadas atrás. Nina Simone sigue siendo, sin duda, la "suma sacerdotisa del soul".