El primer ministro de Canadá Justin Trudeau anunció su decisión de renunciar al liderazgo del Partido Liberal y, con ello, a su cargo como jefe de gobierno, en medio de una creciente presión interna y externa. La noticia marca el final de un mandato que comenzó en 2015 con promesas de progreso, pero que en los últimos años enfrentó críticas, divisiones internas y desafíos económicos.
Trudeau, de 53 años, explicó que su renuncia busca permitir una verdadera elección en las próximas elecciones generales, programadas para octubre de este año, aunque podrían adelantarse. "Este país merece una opción real en las próximas elecciones, y si tengo que librar batallas internas, no puedo ser la mejor opción", dijo en una conferencia de prensa en Ottawa.
La decisión desencadenará una carrera por la sucesión en el Partido Liberal, que deberá encontrar un nuevo líder capaz de enfrentarse a Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador, quien actualmente lidera las encuestas con una ventaja de más del 20%.
Factores detrás de la renuncia
El anuncio de Trudeau llega tras meses de descontento dentro del Partido Liberal, donde numerosos parlamentarios, especialmente de regiones clave como Quebec y Canadá Atlántico, pidieron su dimisión. Además, su gobierno enfrentó desafíos económicos, incluida una inflación persistente, altos costos de vida y un aumento en las críticas públicas.
Entre las crisis más recientes destaca la renuncia de su viceprimera ministra y ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, quien cuestionó las medidas fiscales preelectorales propuestas por Trudeau. Estas incluyeron una exención temporal de impuestos sobre las ventas y reembolsos directos a trabajadores, políticas que Freeland calificó como insostenibles en medio de tensiones comerciales con Estados Unidos.
Además, el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, con amenazas de aranceles a productos canadienses, complicó aún más el panorama político para Trudeau.
Un legado de contrastes
Durante sus nueve años en el poder, Trudeau defendió una agenda progresista, enfocándose en la lucha contra el cambio climático, la reconciliación con los pueblos indígenas y el fortalecimiento de los derechos sociales. Sin embargo, su mandato también estuvo marcado por escándalos políticos, como el caso SNC-Lavalin, y una creciente percepción de desconexión con las preocupaciones económicas de los ciudadanos.
El anuncio de su renuncia deja al Partido Liberal en una encrucijada, con la necesidad de renovar su liderazgo y recuperar la confianza del electorado de cara a unas elecciones que podrían definir el futuro político de Canadá. "El Partido Liberal es una institución importante, y estoy emocionado de ver cómo este proceso de transición traerá nuevas ideas y liderazgo a nuestra democracia", concluyó Trudeau.