El 9 de diciembre de 1989, Billy Joel alcanzó el número uno en el Billboard Hot 100 con We Didn't Start the Fire, un tema que rápidamente se convirtió en un hito cultural.
La canción, incluida en su álbum Storm Front, es un compendio histórico que recorre más de cien referencias de hechos y personajes desde 1949, año del nacimiento de Joel, hasta 1989, año de su lanzamiento.
Una respuesta generacional
El tema se interpretó como una defensa frente a las críticas hacia la generación del baby boom, a la que pertenece Joel. Con frases como We didn't start the fire (Nosotros no encendimos el fuego), el músico refuta las acusaciones de que su generación era responsable de los problemas del mundo contemporáneo.
"El título y el estribillo insinúan que las tensiones y conflictos han estado presentes mucho antes de nuestra generación", explicó el propio Joel en una entrevista.
En contraste, su anterior éxito Allentown sí culpaba a las generaciones previas por las dificultades sociales y económicas.
El origen de We Didn't Start the Fire
La inspiración para We Didn't Start the Fire surgió durante una conversación con Sean Lennon, hijo de John Lennon, quien comentaba lo difícil que era crecer en su tiempo. Esto llevó a Joel a reflexionar sobre cómo cada generación enfrenta sus propios retos históricos.
El artista, conocido por su interés en la historia, confesó que si no hubiera sido músico, probablemente habría sido profesor de esta materia.
Esta pasión explica por qué, a diferencia de la mayoría de sus canciones, en este caso escribió primero la letra y luego la música, resultando en una melodía que se aleja de su estilo habitual.
Historia en cada verso
La letra, presentada en un ritmo acelerado, nombra figuras y eventos clave de la historia reciente. Desde Harry Truman y Marilyn Monroe hasta las guerras de Corea y Vietnam. Pasando por hitos como el lanzamiento del Sputnik y la llegada del hombre a la Luna.
El video musical, que refuerza el mensaje de la canción, representa una crítica visual a los conflictos generacionales y al frenesí del cambio social y tecnológico.