Luego de décadas de teorías, la NASA confirmó la existencia de un nuevo planeta en el Sistema Solar.
Este descubrimiento, liderado por Konstantin Batygin del Instituto de Tecnología de California, surge a partir de un análisis detallado del comportamiento de los objetos transneptunianos (TNOs), pequeños cuerpos helados en las regiones externas del Sistema Solar.
Con una masa estimada de entre cinco y diez veces la de la Tierra, este nuevo planeta se encuentra más allá de Neptuno, en una órbita que desafía la detección convencional.
"El movimiento de los TNOs solo puede explicarse por la presencia de un campo gravitacional masivo", explicó Batygin.
Un planeta esquivo
A pesar de la solidez de las pruebas gravitacionales, la confirmación visual de este planeta enfrenta obstáculos significativos. Debido a su lejanía y la escasa luz solar que refleja, su detección es un desafío para los telescopios actuales.
En respuesta, la NASA planea desarrollar un telescopio avanzado capaz de rastrear y mapear los cielos con mayor precisión, lo que podría proporcionar evidencia definitiva.
"Identificar este cuerpo celeste requiere un esfuerzo conjunto de innovación tecnológica y análisis científico", indicó el equipo de Batygin, según recoge Minuto Uno.
¿Qué define a un planeta?
No todos los objetos en el espacio pueden considerarse planetas. Según la NASA, un cuerpo celeste debe cumplir tres criterios fundamentales:
- Órbita despejada: dominar su órbita sin compartirla con otros cuerpos.
- Masa significativa: ser lo suficientemente masivo como para superar la influencia gravitacional de objetos cercanos.
- Forma esférica: su gravedad debe moldearlo en una esfera casi perfecta.
Un ejemplo de estas reglas es Plutón, que fue reclasificado como planeta enano en 2006 al no cumplir con el primer criterio, al compartir su órbita con cuerpos en el cinturón de Kuiper.
Un paso hacia lo desconocido
El descubrimiento de este planeta no solo redefine el Sistema Solar, sino que también amplía las fronteras del conocimiento astronómico.
Su estudio podría ofrecer claves para entender mejor los orígenes y la evolución de nuestro entorno galáctico.