Aunque los tatuajes se han normalizado bastante en las últimas décadas, un nuevo estudio de la Universidad Helmut Schmidt en Hamburgo concluye que las personas con tatuajes son percibidas como menos atractivas, especialmente aquellas con decoraciones extremas. La investigación, publicada en la revista científica Plos One, exploró cómo diferentes niveles de tatuajes influyen en la percepción de belleza.
El estudio involucró a 487 participantes que evaluaron fotografías de un modelo masculino y otro femenino con seis grados de tatuajes, desde ninguna decoración hasta tatuajes extremos, incluyendo en el rostro.
Los resultados indicaron que los modelos sin tatuajes fueron calificados como los más atractivos, mientras que aquellos con tatuajes extremos obtuvieron las puntuaciones más bajas.
¿Influye estar tatuado en la percepción?
Sorprendentemente, incluso los participantes tatuados y los artistas del tatuaje coincidieron en que los modelos sin tatuajes eran más atractivos. Sin embargo, estos grupos evaluaron los tatuajes extremos de manera ligeramente más positiva en comparación con quienes no tenían tatuajes. Además, los menores de 50 años mostraron mayor tolerancia hacia los tatuajes, aunque las decoraciones extremas siguieron siendo poco favorecidas en todos los segmentos.
Selina Weiler, psicóloga a cargo del estudio, señaló que estos resultados reflejan un rechazo cultural persistente hacia los tatuajes muy visibles. Sin embargo, también admitió limitaciones en la representatividad del estudio, ya que la muestra estaba conformada principalmente por personas menores de 50 años y residentes de Alemania.
¿Los tatuajes han perdido su atractivo cultural?
Según los investigadores, la creciente aceptación social de los tatuajes hizo que dejaran de ser un símbolo de singularidad cultural. Un estudio de Adimark de 2017 reveló que en este entonces el 17% de los mayores de 15 años estaban tatuados. Asimismo, el número de tatuajes promedio por persona se fijó en 2,8.
El mismo estudio analizó los prejuicios que acarrean. Un 13% de chilenos admitió que la presencia de tatuajes lo hace percibir negativamente a una persona, cifra que en el grupo entre 65 y 74 años sube al 40%.