Google Chile, en colaboración con Agua Segura, la Municipalidad de Curacaví y productores locales, ha lanzado un ambicioso proyecto para abordar la escasez de agua en la cuenca del río Maipo.
Este esfuerzo busca mejorar la disponibilidad de agua para el riego agrícola. Asimismo, optimizar su uso y fomentar prácticas sostenibles de gestión hídrica en beneficio de las comunidades locales.
Curacaví, a solo 45 kilómetros de Santiago, es conocida por su clima templado y actividad agrícola.
Sin embargo, enfrenta una sequía prolongada desde 2010 que ha agravado los problemas de infraestructura de riego, estrés hídrico y enfermedades fúngicas causadas por el exceso de humedad en el suelo.
"El uso responsable de los recursos naturales es una prioridad clave para Google", afirmó Cristóbal Lea-Plaza, gerente de Políticas Públicas y Asuntos Gubernamentales de Google Chile.
Según explicó, el proyecto forma parte del compromiso global de la empresa de reponer el 120% del agua utilizada en sus oficinas y centros de datos, incluida la sede de Quilicura.
Mejoras en infraestructura y capacitación
El proyecto incluye la rehabilitación de un embalse construido en los años 60, alimentado por el canal Las Mercedes, que riega 140 hectáreas agrícolas.
Las obras realizadas han aumentado su capacidad de almacenamiento de 7.500 a 8.000 m³, reduciendo las filtraciones gracias al revestimiento de hormigón.
Además, se limpiaron los sedimentos acumulados para prevenir futuras erosiones.
Manuel Saurí, director general de Agua Segura, destacó el impacto comunitario de la iniciativa. "Vamos a tener más agua, de mejor calidad, y eso nos obliga a cuidarla. Este proyecto genera respeto y curiosidad entre los actores de la cuenca, impulsándonos a aprender y mejorar nuestra gestión del agua", sostuvo.
En las siguientes etapas, se prevé formar a los agricultores en técnicas de riego más eficientes y continuar con el revestimiento del canal, que se extiende 4,3 kilómetros.
Un compromiso global con la gestión del agua
El Programa de Gestión del Agua de Google, lanzado en 2021, se centra en tres pilares: mejorar la gestión del agua en sus instalaciones, compartir herramientas tecnológicas para combatir el estrés hídrico y reponer recursos hídricos en comunidades afectadas.
Lea-Plaza enfatizó la importancia de una estrategia adaptada al contexto local, con proyectos que también aporten beneficios colaterales para la biodiversidad y las comunidades.
Leonel Oyaneder, agricultor beneficiado por el proyecto, ya percibe mejoras tangibles.
"El riego ha mejorado mucho, y ahora tenemos más agua disponible. Antes había conflictos por el uso del agua, pero ahora todo funciona mejor", comentó.