Un día como hoy, en 1997, The Verve alcanzó la cima de las listas del Reino Unido con su tercer álbum de estudio, Urban Hymns, que se mantuvo en el número 1 durante cuatro semanas consecutivas.
Este disco, que contiene algunos de los sencillos más emblemáticos del britpop, como Bitter Sweet Symphony, Lucky Man y The Drugs Don't Work, consolidó a la banda como una de las más importantes de la década.
A día de hoy, Urban Hymns ocupa el puesto 15 entre los álbumes más vendidos en la historia del Reino Unido, con más de 3 millones de copias.
El renacimiento de The Verve
En 1996, tras una breve ruptura, el vocalista Richard Ashcroft decidió reunir a The Verve para comenzar a trabajar en un nuevo álbum.
Sin embargo, las tensiones internas llevaron al guitarrista Nick McCabe a rechazar la invitación inicial.
Para continuar con el proyecto, Ashcroft reclutó a Simon Tong, un antiguo compañero de colegio, como reemplazo.
Sin embargo, en 1997, McCabe decidió reincorporarse al grupo, lo que generó una fusión creativa que sería crucial para la creación de Urban Hymns.
Tong también permaneció en la banda, y juntos lograron capturar la esencia de una era y dar vida a uno de los álbumes más representativos del britpop.
Este regreso, marcado por la reconciliación entre sus miembros, permitió a The Verve grabar lo que se convertiría en su álbum más exitoso y en un referente musical de la década.
El éxito global de Urban Hymns
Con Urban Hymns, The Verve experimentó por primera vez un éxito comercial a nivel mundial.
El sencillo Bitter Sweet Symphony se convirtió en un himno instantáneo, debutando en el número 2 en las listas británicas y alcanzando el puesto número 12 en los Estados Unidos.
Su poderosa melodía, construida sobre un sample de una grabación de Andrew Oldham Orchestra de la canción The Last Time de los Rolling Stones, le valió el reconocimiento internacional, a pesar de las disputas legales que surgieron por los derechos de la canción.
Pero Bitter Sweet Symphony no fue el único éxito del álbum. The Drugs Don't Work, una emotiva balada que aborda temas de pérdida y dolor, se alzó hasta el número 1 en el Reino Unido.
Otros sencillos como Lucky Man y Sonnet también gozaron de gran popularidad, cimentando a Urban Hymns como uno de los discos más destacados de la época.
Premios y reconocimientos
El éxito comercial de Urban Hymns fue respaldado por elogios de la crítica y numerosos premios.
En 1998, los lectores de la revista Q lo votaron como el Mejor Álbum de la Historia, mientras que en los Premios Brit de ese mismo año, The Verve se llevó el galardón a Mejor Álbum del Año.
El disco no solo fue un triunfo en ventas, sino que también fue aclamado por su capacidad para capturar el espíritu de los años 90 y su mezcla de rock, psicodelia y letras profundas.
El impacto cultural de Urban Hymns se mantiene intacto hasta hoy.
La combinación de la introspectiva voz de Ashcroft, las envolventes guitarras de McCabe y la producción atmosférica del álbum lo ha convertido en un clásico que sigue resonando con nuevas generaciones de oyentes.
La crítica especializada no ha dudado en catalogarlo como uno de los discos más influyentes del britpop y de la música contemporánea en general.