La fiebre por Taylor Swift ha llegado a niveles insospechados, y el último episodio lo protagonizó Ivan Mariotti, un hombre de Florida que decidió que entrar al concierto de la estrella pop en Miami era cuestión de... disfrazarse de guardia de seguridad. ¿Qué podría salir mal?
El pasado 18 de octubre, Mariotti fue detenido en el Hard Rock Stadium tras ser descubierto paseando por el lugar con un traje y una placa colgando del cuello. Según informó la policía, Mariotti dijo que había sido "contratado por cuatro mujeres para trabajar como guardia de seguridad y que había escoltado a dichas mujeres hasta el recinto y hasta sus respectivos asientos".
La farsa no funcionó
Sin embargo, dos de las mujeres dijeron a la policía que su tía había contratado a un chófer para esa noche. Sobre la placa, dijeron que no sabían por qué la llevaba. Aunque Mariotti siguió insistiendo en que trabajaba para "varias empresas" mientras lo sacaban del estadio, fue detenido e ingresado en prisión.
Mariotti fue acusado de hacerse pasar por un agente de seguridad e interferir en el evento. Actualmente, permanece bajo custodia de inmigración en el Centro Correccional Turner Guilford Knight, con una fianza de 1.500 dólares.
Quizás Mariotti se inspiró en el fanático que decidió que la mejor manera de asistir a un concierto era "convertirse" en parte del staff. Pero lo que olvidó fue la parte importante: pasar por los canales legales.
Moraleja: el amor por Taylor Swift puede ser grande, pero no tan grande como para arriesgarse a terminar en prisión.