Este jueves 3 de octubre se estrena la tercera temporada de Heartstopper, protagonizada por Joe Locke y Kit Connor. En Concierto ya tuvimos acceso a la nueva entrega del programa creado y desarrollado por Alice Oseman y acá te contamos los motivos por los cuáles es la mejor temporada hasta la fecha.
La tercera temporada es bastante diferente a las dos primeras, donde la ternura e inocencia eran ejes centrales. Por el contrario, esta nueva entrega es más real sobre la representación de los adolescentes. Por ejemplo, por primera vez vemos que se habla de sexo y cómo es parte central de la adolescencia.
En el pasado, Heartstopper fue criticada por infantilizar demasiado a sus personajes; como si vivieran en una burbuja. Sin embargo, la guionista –la misma creadora– tomó en cuenta estas palabras y se hizo cargo.
Aunque la tercera temporada podría ser la mejor hasta ahora, también es la más repetitiva. El trastorno de Charlie, que se introdujo tímidamente en la temporada pasada, se transforma en todo lo que vemos en un comienzo. Aunque a ratos es bastante emotiva, el show se vuelve un poco angustiante y aburrido al ver siempre la misma escena.
En esta temporada pareciera ser que lo mejor es no entender a Charlie, sino que apoyarlo y esperar que logre una pronta recuperación. Los motivos de sus problemas no son aparentes, pero él se siente lo peor del mundo pese a ser bastante afortunado. Sin embargo, lo vemos crecer y madurar durante la temporada.
Lo mejor de Heartstopper 3
Las actuaciones de los protagonistas siguen siendo impecables, demostrando la inocencia de su edad y lo lindo que es enamorarse cuando se es menor.
Durante la serie también vemos la exploración no binaria y otro tipo de orientaciones, como ser asexual. Este tipo de representaciones son valiosas para jóvenes que están descubriendo su sexualidad y también para los padres que tienen que comprender a sus hijos. Heartstopper se mantiene fiel a su estilo y a ser transversal para sus edades.
La relación entre Charlie y su madre es bastante complicada y muy central en la entrega. Ella es muy rígida y le cuesta entender a su hijo, algo que hemos visto durante toda la serie. Sin embargo, en esta nueva temporada podemos ver ciertos cambios. Hay que dejarse sorprender.
La serie sigue siendo una lección de cómo es crecer siendo queer, cargada de ternura pero con un toque más real respecto a la adolescencia homosexual y las experiencias normales como el sexo, salir de fiesta, beber, etc.