Lucas Bravo, conocido por su papel como el chef Gabriel en Emily in Paris, expresó sus dudas sobre regresar para la quinta temporada de la popular serie de Netflix.
En una reciente entrevista con IndieWire, Bravo comentó que, aunque la serie le brindó la oportunidad de consolidarse en Hollywood, su personaje ha evolucionado de una manera que ya no lo motiva.
Para el actor, el desarrollo de Gabriel ha carecido de profundidad, hasta el punto de sentirse cada vez más distante de él. "Se ha convertido lentamente en guacamole", comentó Bravo en tono de broma, explicando que el personaje se ha vuelto superficial y sin matices.
Bravo se mostró crítico con la falta de libertad creativa en el set, lo cual, según él, limita su capacidad para aportar algo nuevo al papel. "He intentado añadir matices, pero no tenemos mucha libertad en el set", señaló. Explicó que no se le permite cambiar una sola palabra o emoción del guion, algo que ha generado frustración.
La serie se ha vuelto predecible
A medida que la serie avanza, el chef Gabriel ha pasado de ser un personaje dinámico y carismático a uno melancólico y perdido, lo que ha desgastado el interés de Bravo por interpretarlo. "Es una comedia, todos se divierten a mi alrededor, y yo me estoy hundiendo lentamente", comentó el actor sobre el contraste que percibe en su rol.
El actor también se refirió a la narrativa de la serie, que califica como predecible y carente de riesgos. Para él, la historia de Emily in Paris ha sido controlada con tanto cuidado que se vuelve repetitiva y sin giros sorprendentes. "Probablemente se estén aferrando a algo que tuvo éxito, así que son cuidadosos de no cambiar la receta", mencionó Bravo. "Todo lo que pueda salirse de control se recupera con cuidado". Señaló que esto se traduce en giros seguros, como un embarazo falso o planes de mudanza que no se concretan.
A pesar de su frustración, Bravo fue claro al expresar su afecto por la serie que lanzó su carrera. "Me encanta el programa, fue el comienzo de todo para mí", dijo, aunque enfatizó que espera que el personaje vuelva a ser "juguetón y vivo". Al finalizar, Bravo dejó abierta la posibilidad de regresar, dependiendo de si el personaje recupera la frescura que tenía en la primera temporada.