Un día como hoy, en 1986, Madonna alcanzó la cima de las listas de éxitos del Reino Unido con Papa Don't Preach, una canción que abordaba temas controversiales como el embarazo adolescente y el aborto.
Incluida en su exitoso tercer álbum True Blue, Papa Don't Preach se convirtió en uno de los temas más emblemáticos de la carrera de Madonna.
Su letra desafiante y su ritmo contagioso la catapultaron a lo más alto de las listas de popularidad en todo el mundo, consolidando a la cantante como una figura icónica y rebelde.
Papa Don't Preach: Más que una canción, un mensaje social
Más allá de su éxito comercial, Papa Don't Preach generó una gran controversia por su temática.
La canción narra la historia de una joven que le confiesa a su padre que está embarazada y planea tener un hijo.
La letra, lejos de juzgarla, la presenta como una mujer empoderada que toma sus propias decisiones sobre su cuerpo y su futuro.
Un conflicto con la Iglesia Católica
La canción no solo causó revuelo entre grupos conservadores, sino que también provocó el primer conflicto de Madonna con la Iglesia Católica.
En 1987, durante su gira Who's That Girl World Tour, la cantante dedicó Papa Don't Preach al Papa Juan Pablo II, un gesto que el Vaticano consideró ofensivo e irrespetuoso.
Como respuesta, el pontífice instó a los fans italianos a boicotear sus conciertos en la península.
Versiones y legado
En los años 2000, Papa Don't Preach fue versionada por Kelly Osbourne, hija del famoso rockero Ozzy Osbourne.
La versión de Kelly Osbourne se incluyó como pista adicional en su álbum debut Shut Up de 2002, demostrando la perdurabilidad y la influencia de la canción original de Madonna.
Otros artistas, como Weird Al Yankovic, también realizaron versiones del sencillo, evidenciando su impacto cultural y su capacidad para resonar con diferentes generaciones.