Un fuerte sistema frontal está afectando nuevamente a la zona centro y sur del país. El agua comenzó a caer en la Región Metropolitana durante la madrugada de este viernes, y se espera que sea incluso más intensa que la anterior. Durante la jornada se espera que caigan alrededor de 50 milímetros de agua.
En este contexto, el Comité para la Gestión del Riesgo de Desastres (Cogrid) se unió a la ministra del Interior Carolina Tohá para hacer un balance sobre los impactos y las medidas adoptadas frente al sistema frontal.
Por esto mismo, detalló que hay 75 personas albergadas y 522 aisladas por las inundaciones. En esta misma línea, aseguró que existen 204 casas con daños menores, dos con daños mayores y una totalmente destruida. Así, 66 están en evaluación, por lo que los números anteriores podrían aumentar.
La región del Biobío sigue siendo la más afectada de todas, al igual que en el sistema frontal de la semana pasada. Especialmente las comunas de Arauco, Curanilahue y Concepción. En estos lugares se han activado múltiples alertas SAE.
Asimismo, en la Región Metropolitana se realizaron evacuaciones preventivas en Tiltil, Talagante y El Monte. En O’Higgins, evacuaron a 138 personas en San Vicente debido a un estanque desbordado.
El proyecto de ley propuesto por el Gobierno
Además de los avisos de evacuación, el Gobierno ha optado por varias otras medidas preventivas. Se anunció el envío de autoridades a terrenos, y realizar obras complementarias para solucionar los problemas recurrentes de inundaciones, principalmente en cruces críticos.
Así, la ministra Tohá afirmó, según ADN Radio, que se presentará un nuevo proyecto de ley con relación a las lluvias. Este proyecto busca establecer la obligatoriedad de obedecer las instrucciones de evacuación y sancionar a quienes no las acaten, buscando mejorar la seguridad y eficiencia en situaciones de emergencia.
Este proyecto tiene el objetivo de garantizar una respuesta rápida y efectiva ante futuras emergencia. Esto porque es cada vez más común que pasen estas situaciones por desborde de ríos y anegamientos cercanos a zonas pobladas.
“El objetivo no es forzar a la gente a hacer cosas que no les convienen, sino hacer las cosas que son en su propio beneficio y seguridad,” concluyó.