La última jornada de la Revuelta en el Movistar Arena se vivió este miércoles 1 de mayo. Parece ser que el descanso de feriado no cuenta para Álvaro Henriquez, Roberto Lindl, Francisco Molina y Ángel Parra, quienes decidieron dar una noche digna de recordar para la posteridad.
A pesar de entrar con un retraso nada alarmante, solo faltó que se asomaran al escenario para que el público de cancha entrara en calor y buscara estar lo más cerca posible del escenario. De forma especial en esta seguidilla de fechas agendadas en el Movistar Arena, este último concierto se deshizo de las sillas en el plano y dejó que el público se alocara un poco.
Épocas de historia
La satisfacción y felicidad de los fanáticos en cancha se dejó ver en cada salto y grito que le dedicaron al cuarteto. Energía que pasadas canciones como 'Hojas de té' y 'La Torre de Babel' se replicó en las plateas, quienes se separaron de sus asientos para bailar al son del jazz guachaca, rock e incluso cueca en homenaje al gran folclorista Roberto Parra, que Los Tres desprendían de sus instrumentos.
Esto pareció inspirar a los artistas, quienes con una sonrisa en la cara demostraban estar disfrutando plenamente del espectáculo. Incluso, Ángel Parra (quien estuvo brillante como siempre en su guitarra) dedicó unas palabras tras el emotivo número de ‘Un Amor Violento’. Agradeció al público por estar presente y a sus amigos por estar en esta Revuelta, la cual destacó como una historia de 30 años que culmina en los esperados espectáculos. Eso sí, la eterna concentración de cada uno, les impidió compartir demasiado entre ellos como es tónica en sus conciertos.
La Revuelta en Movistar Arena
Un repaso por la historia de Los Tres. Eso fue, en palabras simples, la Revuelta. Así lo demuestra también la proyección de fotografías icónicas de juventud que se dio en un momento del show y clásicos como 'Amores incompletos', 'He barrido el sol' y 'La primera vez'. A esto, se le suma la destreza que los músicos dejaron presenciar en las improvisaciones que dieron cuenta de los años de experiencia acumulados.
En cuanto al setlist, por supuesto que fue el mismo que noches anteriores. En los músicos, estuvo la misma virtuosidad y derroche de talento acompañado de un sonido excepcional. Lo que cambió el ambiente fue el público en llamas que tras 29 canciones y más de dos horas después, despidieron del Movistar Arena a la banda penquista que como nunca, demostró que su formación original está simplemente en otro nivel.