Sylvester Stallone, conocido por su icónico papel de Rocky Balboa y por sus trepidantes escenas de acción, estrenó recientemente The Family Stallone, una serie donde comparte pantalla con su hija Scarlet Rose y antiguos compañeros de rodaje como Al Pacino y Dolph Lundgren.
Una vida marcada por la acción
A lo largo de su trayectoria, Stallone ha enfrentado no solo a duros oponentes en la pantalla, sino también a las críticas que lo encasillaban como un actor de acción de segunda.
Sin embargo, su entrega y profesionalismo lo llevaron a convertirse en una de las estrellas más reconocidas del cine de los años 80.
Sus escenas de acción, desde el vértigo de Riesgo total hasta los combates cuerpo a cuerpo en Rocky IV, se convirtieron en su sello personal.
De hecho, un mal golpe de Lundgren en esta última película lo dejó inconsciente y tuvo que ser trasladado en helicóptero a un convento.
Un accidente que marcó un antes y un después
Sin embargo, el rodaje más accidentado de Sylvester Stallone no fue en la década de los 80, sino en 2010 durante la grabación de Los Mercenarios. Fiel a su estilo de no usar dobles, Stallone se fracturó el cuello en una escena con Steve Austin.
Este incidente lo llevó a reflexionar sobre los riesgos de las escenas de acción y a recomendar a los jóvenes actores que no las realicen por sí mismos.
"No estén preparados para eso", advierte. Su esposa, Jennifer Flavin, recuerda el accidente como "un momento aterrador" que pudo tener graves consecuencias.
Siete cirugías y una lección aprendida
Tras la fractura, Stallone se ha sometido a siete cirugías y, según él mismo reconoce, nunca ha vuelto a ser el mismo físicamente.
A pesar de ello, su espíritu de luchador lo ha impulsado a continuar en el mundo del cine, estrenando hace unos meses la cuarta entrega de Los Mercenarios.