El reloj daba las 20:55. Los miles de fanáticos estaban expectantes tras disfrutar de Pedropiedra, el humor de Fabrizio Copano y la variedad del set del Dj Marcelo Aldunate. Comienza la cuenta regresiva. El reloj marca las 21:00 y Los Bunkers llegan al escenario del Estadio Nacional con una invitación: "Ven Aquí" resuena en los parlantes ante un público eufórico.
Fueron 33 las canciones que la banda oriunda de Concepción entregó en un espectáculo magistral de 3 horas exactas de duración. Ni más, ni menos. Precisión en la ejecución.
Los Bunkers lo dieron todo y su público lo dio más. Resumir tres horas es tarea difícil. Sin embargo, lo que más destacó es que fue una fiesta. Una celebración. De su trayectoria y su regreso a los escenarios con esta gira que concluyó y, por sobre todo, una celebración a la música chilena de ayer y hoy.
Los Bunkers en el Estadio Nacional: Invitados especiales y demostración de lo mejor del rock chileno
A medida que Los Bunkers recorrían los éxitos de sus ocho aclamados álbumes, la puesta en escena rápidamente llamó la atención. Con un escenario digno del coloso de Ñuñoa, acomodado a las necesidades artísticas de un enérgico Álvaro Lopez que caminó, corrió y bailó sobre la pista demostrando una vez más ser uno de los mejores showman del país.
La banda, por supuesto, demostró el paso de los años en manos experimentadas. La confianza entre Álvaro, Mauricio, Francisco y Gonzalo y Cancamusa, quien supo navegar a la perfección la ardua tarea de llenar los zapatos de Mauricio Basualto, imponiendo y acomodando su estilo propio a la esencia de Los Bunkers.
Antes de las dos fechas, Los Bunkers prometieron un espectáculo especial para cerrar su gira. Y cumplieron. Con la aparición estelar de 31 Minutos y Pedropiedra y una emotiva colaboración asincrónica con Víctor Jara, el grupo supo honrar la historia y los matices de la música nacional.
La memoria y el destino de una de las bandas legendarias del rock chileno
En sus shows Los Bunkers incorporaron una sección acústica en el memorial del Estadio Nacional a los detenidos desaparecidos. Allí, Mauricio Durán compartió una potente reflexión sobre la violencia y la memoria.
"¿Por qué uno viene a un concierto como este?", se preguntó. "Para sentirnos acompañados en momentos abrumadores como los que vivimos hoy en día", propuso.
El memorial tomó protagonismo. "El tiempo demuestra que el dolor se puede transformar en reflexión. Esa reflexión se puede transformar en memoria. Y esa memoria tiene un brillo que podemos transformar con mucho esfuerzo en nuevas alegrías", expresó Mauricio Durán.
Así, antes de interpretar una conmovedora versión de "El Detenido", Durán agregó que "esta canción, no lo sabíamos en ese entonces, estaba hecha para ser cantada en este lugar, en estas noches".
De igual manera, la trayectoria de Los Bunkers estaba hecha para tocar en el recinto más grande de Chile. Quizás no lo sabían cuando experimentaban y componían sus primeras melodías allá en Concepción, cuando sortearon penas y alegrías como conjunto, cuando afianzaban su estilo y se abrían paso entre los pasillos de la historia de la música chilena.
Llegaron al Estadio Nacional, lo conquistaron con dos históricos conciertos y se consolidaron una vez más como uno de los mejores exponentes del rock chileno del siglo.