Cuando el álbum debut de Guns N' Roses, Appetite for Destruction, vio la luz, todo cambió para la banda y marcó un hito en la historia del rock.
Con Sweet Child O' Mine como pieza clave de su éxito, la banda rechazó una oferta tentadora por sus derechos de publicación.
Según Duff McKagan, bajista de la banda, en una entrevista para el podcast Broken Record (vía Ultimate Guitar), "nos ofrecieron 10.000 dólares por los derechos de Sweet Child O' Mine. Literalmente trabajábamos vendiendo teléfonos y pagábamos un local de ensayo. Había días en los que ni siquiera podíamos permitirnos comer ramen, 10.000 dólares nos parecía como si fuéramos ricos".
La oferta tentadora y la decisión valiente
La tentadora oferta por los derechos de Sweet Child O' Mine no pasó desapercibida para Guns N' Roses.
McKagan relató cómo el empresario reconocía el potencial de la banda incluso en sus primeros días, cuando aún luchaban para llegar a fin de mes.
A pesar de la aparente riqueza que representaban esos 10.000 dólares en ese momento, la banda optó por rechazar la oferta, manteniendo la fe en su propio talento y visión.
Paul Stanley y el camino propio de la banda
En su búsqueda por el éxito, Guns N' Roses atrajo la atención de figuras prominentes de la industria musical.
Uno de ellos fue Paul Stanley, vocalista y guitarrista de Kiss, quien mostró interés en producirles.
McKagan recordó cómo, tras una charla con Stanley, la banda se dio cuenta de que sus visiones musicales diferían, optando así por seguir su propio camino.
"Nos sentamos a conversar con Paul solamente porque lo admirábamos. Vino al club de rock Raji’s, se sentó y nos vio. Y eso que era un espectáculo sucio. Luego se reunió con nosotros para producir el disco. No encajaba. Nos dimos cuenta. Hablábamos de música y su idea y la nuestra eran diferentes", explicó McKagan.