En un nuevo intento para separarse de la corona, Meghan Markle y el príncipe Harry decidieron cambiar los apellidos de sus dos hijos, el príncipe Archie de 4 años y la princesa Lilibet de 2 años.
Anteriormente, los niños eran conocidos como "Master Archie Mountbatten-Windsor" y "Miss Lilibet Mountbatten-Windsor". Sin embargo, cuando su abuelo, el rey Carlos, ascendió al trono en septiembre de 2022, recibieron los títulos de príncipe y princesa. Desde entonces, se les conoce como "Príncipe Archie de Sussex" y "Princesa Lilibet de Sussex".
Técnicamente, el apellido de la familia real es Mountbatten-Windsor, una combinación que se remonta a 1960, cuando se oficializó para los hijos de la Reina Isabel y el Príncipe Felipe.
No obstante, el duque y la duquesa de Sussex oficializaron que sus hijos serán conocidos como Archie y Lilibet Sussex. Esta separación busca posicionar la marca "Sussex" en las distintas organizaciones y fundaciones que han creado en los últimos años.
Adiós al nombre oficial
De manera similar, los hijos del príncipe Guillermo y Kate Middleton llevan el título de "Príncipe" y "Princesa" de Gales, pero usan una versión menos formal de estos títulos en su vida cotidiana. En el colegio los niños están inscritos como George Wales, Charlotte Wales y Louis Wales.
Tras dejar sus roles como miembros activos de la familia real en 2020, Harry y Meghan renunciaron al uso de sus títulos de "Su Alteza Real". No obstante, mantienen formalmente sus títulos como duque y duquesa de Sussex. Además, el príncipe Harry conserva su lugar en la línea de sucesión al trono británico. Harry ocupa el quinto lugar después de los tres hijos del príncipe Guillermo y Kate Middleton.