Este sábado se vivió un especial reencuentro. Pancho Saavedra, Jorge Zabaleta —locutor de nuestra radio— y Pedro Ruminot recibieron en su quincho a las reinas del servicio social de la televisión chilena: Paulina Nin de Cardona, de “Cuéntame”; Eli de Caso, de “Aló Eli”; y Andrea Molina, de “Hola Andrea”.
Comenzando la conversación, Saavedra les preguntó a Eli y Andrea cuán cierta era la rivalidad entre ellas cuando competían, una con “Buenas tardes Eli” y la otra con “Hola Andrea”. De Caso lo aclaró de forma enfática: “Nada de rivalidad. Todo fue creado por los medios de comunicación, por los periodistas. Nosotras nunca tuvimos mala onda, todo fue inventado para el morbo del rating”.
Además, las tres confesaron su estado sentimental, donde Andrea dijo que vive “en pecado desde hace 10 años”. En tanto, Eli está casada desde hace 13 años, en el que es su quinto matrimonio. “Yo quería encontrar al que me completara. Espero morir con él”, admitió, y recordó que lo encontró a través de la TV.
“Yo había sido novia de él el año 85, me encantó, estuve con él un tiempo y me desaparecí. Después con el tiempo me di cuenta de que había metido las patas, que me había portado mal con él y tenía que pedirle perdón. Entonces lo llamé por la señal satélite de TVN en 2001, y no me pescó, por años. El 2009 vino a Chile y me llamó, y casi me desmayé”, reveló.
Finalmente, se reencontraron tras esa llamada. “Le di un beso tan grande que casi me tragué la amígdala. Nos enamoramos en exactamente 5 segundos”, confesó.
El costo de sus programas
Recordando momentos curiosos de sus respectivos programas, las tres mujeres se refirieron a los episodios de censura que tuvieron que soportar en sus inicios. Por ejemplo, Eli recordó su experiencia en Mega. “Una vez nos llegó un llamado sobre sexualidad, y mientras la señora hablaba yo tenía en la muela al productor gritando ‘Córtala, que no diga la palabra, sino nos vamos a negro’. Era otra televisión”, contó.
Además, De Caso recordó que la intensidad de su programa tuvo un costo muy grande para ella en los 13 años que pasó haciéndolo. “Tengo sentimientos encontrados con el ‘Aló Eli’ porque me enfermé, no era capaz de soportarlo. El servicio es muy jodido, te sientes impotente, la gente piensa que puedes hacer todo, y no podía hacer nada. Las historias eran espantosas. Pero fue un regalo, no conocía a mi país... y no estaba preparada como persona para hacer ese programa y no haberme enfermado”, dijo.
A modo de ejemplo, Eli contó sobre la vez en que tuvo que asistir a un suicida que quería lanzarse del último piso de un edificio. “Me jugué todo lo que tenía en recursos personales para que él se sentara. Lo logré a los 40 minutos. Después de eso estuve dos semanas en mi casa acostada sin poder mover los brazos ni las piernas. Ahí me equivoqué, no puse límites”, sostuvo.
Sobre los últimos años del programa, la animadora reveló que fue su peor época. “Lo pasé muy mal en TVN, fue una experiencia muy dura, estuve muy sola. Me enfermé de fibromialgia en 2001 y se acabó mi energía, en pantalla no era capaz de sostener el programa”, confesó. Y agregó que cuando la despidieron del canal en 2004 no tenía salud ni ahorros, porque todo lo que ganó lo gastaba en mantener a su madre.
Paulina Nin: altos y bajos
Luego, Paulina, actual figura de REC TV, recordó los cuatro años que animó el Festival de Viña del Mar, entre fines de los 80 y comienzos de los 90. “Era difícil porque la televisión era otra, el hombre era el que manejaba todo, el que decidía y presentaba los números más importantes”, indicó, comentando que a ella no le gustaba estar al lado del animador sin decir nada, sólo sonriendo.
“Me ofrecieron el Festival de Viña y dije OK, pero que me dejaran trabajar tranquila y sola. Porque para qué me iba a parar sola a aplaudir. Entonces le dije a Antonio (Vodanovic): ‘si tú tienes que salir a presentar una canción, sale tú solo, y si lo hago yo, salgo sola’. Pero esto era algo que no se usaba”, aseguró Nin de Cardona, añadiendo que el histórico animador de Viña al principio no se lo tomó bien.
“Cuando llegué dije que no quería ser un arroz graneado ni el gomero. Antonio estaba acostumbrado a que la mujer que tenía al lado era una acompañante, no una compañera de trabajo. La pelea fue de perros grandes, nos peleamos, pero seguimos siendo amigos y de eso nació un respeto”, recordó Paulina.
Acerca de su momento más bajo, luego de que fue estafada por su contador en 2001, la ex conductora de "La mañana del trece" recordó que tuvo estrecheces económicas muy grandes. “Pasé hambre, me quitaron mi casa, mis muebles, gracias a Dios les tenía pagadas las carreras a mis cabros. Los dejé a ellos en un departamento y me fui a vivir donde pudiera pagar arriendo. Estaba fuera de la tele y me quedé sin un peso. Pero aquí estoy paradita”, dijo.
El fantasma de Sussi
Andrea Molina, en tanto, se refirió a su carrera, en la que en los años 90 destacó con actuaciones en producciones dramáticas como “Sucupira” y “Las historias de Sussi”. Luego pasó por programas de servicio y terminó en el Congreso Nacional, cuando fue diputada entre 2010 y 2018. “Soy de las primeras mujeres en Chile que rompieron ciertas estructuras. Me arriesgué, fue algo muy audaz, mis padres me decían que no hiciera 'Sussi' porque me iba a penar el resto de mi carrera. Y cuando entré a la Cámara de Diputados me decían ‘Sussi’, porque querían denostarme”, confidenció la ex animadora.
Asimismo, reveló que cuando fue parte del gobierno pensó en ser ministra. “Me hubiera encantado estar en el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, creo que teníamos mucho que decir. Lo pedí porque eran mis temas. Yo saqué ‘Mujer, rompe el silencio’ cuando nadie hablaba de que golpeaban a las mujeres. Si hay alguien que ha hablado de cosas importantes en Chile, somos nosotras”, dijo.
Acerca de su rol protagónico en “Las historias de Sussi”, serie derivada de la película de los años 80 “Sussi”, donde interpretaba a una joven humilde que buscaba su lugar en el mundo, Molina reflexionó lo siguiente: “No me arrepiento en lo absoluto porque 'Sussi' representa y refleja a muchas mujeres hoy que quieren sentirse amadas, cuidadas, tener un amor y salir de donde están para ser alguien. Y los límites están sólo en tu mente”.
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