Hoy en Mañana Será Otro Día, Andrés Vial y Constanza Santa María conversaron con Pedro Felipe Ramírez, exministro del Gobierno de Salvador Allende y autor del libro “De Tomic a Boric”, memorias de su paso por la Unidad Popular (UP) y su experiencia con el Golpe de Estado, la vida en exilio y la dictadura.
Actores relevantes
Ramírez indicó que "el Golpe de Estado y la posterior dictadura tuvo 4 actores relevantes. La izquierda, la derecha, los militares y Estados Unidos. La izquierda ha hecho su autocrítica. Tal vez no en declaraciones, pero en su comportamiento político, sino la Concertación no se entendería. En los militares sabemos que algunas de sus ramas principales hicieron autocrítica y declararon un nunca más".
"La Armada chilena también con la declaración de nunca más del comandante de la Maza", dijo el exministro de Salvador Allende en referencia a los dichos del primer comandante en jefe de la Marina, Juan Andrés de la Maza. El marino participó en un acto en la Isla Dawson por los 50 años del Golpe de Estado y señaló que "el quiebre de la democracia de 1973 no se puede repetir ni en Chile ni en ninguna parte del mundo”.
Pedro Felipe Ramírez continuó explicando que "Estados Unidos ha desclasificado documentos relevantes para demostrar la intervención que hicieron. Si bien es parte de una norma legal, igual es una forma de autocrítica".
Así, su crítica apuntó a la derecha. "El único actor que no ha hecho autocrítica ni ha sufrido ninguna consecuencia negativa ha sido la derecha. Los que en ese tiempo no estaban, defienden a quienes sí. Son herederos del mensaje y lo defienden", dijo sobre la actual oposición y figuras más jóvenes de dicho sector político.
Unidad Popular y tensión política
El autor de "De Tomic a Boric", hizo un llamado a sectores de derecha a "no tratar de justificar el Golpe por los errores que cometió la Unidad Popular. Es cierto que la UP cometió errores, lo que pasa es que no fueron errores que atentaron con la democracia o con los derechos humanos. No hubo ni un solo preso político, torturado o desaparecido".
Ramírez explicó la situación interna de la Unidad Popular. Al respecto, contó que "tenían diversos sectores, con posiciones esencialmente compartidas, pero con elementos adicionales que eran distintos. Habían sectores más socialdemócratas, otros con apoyo a la línea del presidente sin ningún cuestionamiento. En una confrontación tan brutal con la derecha, Estados Unidos y la oposición, abrir un flanco con su propio sector por pequeñas diferencias era un error".
"Uno puede discutir este asunto, pero de ahí a justificar el Golpe de Estado es otra cosa", advirtió el exministro de Minería y Vivienda del Gobierno de Salvador Allende.
Frente a la idea de que el periodo de la Unidad Popular generó una tensión política que, de una u otra forma, devino en el Golpe de Estado, Ramírez enfatizó que "la tensión política empieza antes de que el presidente Allende asuma el gobierno".
"La ultraderecha, con ayuda de Estados Unidos, matan al general Schneider. Hubo una gran cantidad de operaciones que se intentaron para impedir que el presidente Salvador Allende asumiera. Todo eso se olvida. No aparecen como culpables de la tensión política, es ridículo", criticó.
Revelar una verdad
En "De Tomic a Boric: Memorias (De lo público y lo privado)", Pedro Felipe Ramírez también habla de la experiencia de hacer pública su homosexualidad. Sobre esto, en Mañana Será Otro Día comentó que "mucha gente sabía de esto. No quise nunca reconocerlo públicamente. Lo publiqué porque era la biografía de mi vida".
"No quería que mis nietos lo supieran por la prensa, quería que fuera por voz propia. Esperé que tuvieran la edad suficiente para decirles y lo recibieron con una comprensión completa porque para ellos ya no es tema", explicó. "Me abrazaron y me dijeron que ahora se sentían más apegados a mí", valoró Ramírez.
"Este tema para mí fue muy duro durante muchos años porque no me quería aceptar a mí mismo. Fue una lucha enorme hasta que me acepté", reveló Pedro Felipe Ramírez.
El autor y político recuerda que "cuando logré aceptarme estaba en Venezuela en el exilio, el año 1977. Allá es muy diferente. Fui a un bar gay que estaba dentro de un centro comercial y todas las ventanas en los pasillos eran vidrios. Nadie se escandalizaba. Ese ambiente me ayudó muchísimo".
Ramírez rememoró también que "lo conversé con mi mujer (Olaya Tomic Errázuriz) y decidimos que lo mejor era separarnos. Seguimos siendo amigos hasta hoy".