Madeleine McCann desapareció un 3 de mayo de 2007. Es decir, han pasado más de 16 años desde su misteriosa desaparición que hasta el día de hoy sigue siendo un misterio. La pequeña estaba de vacaciones junto a su familia en Portugal y todavía de desconoce su paradero y si está viva o muerta. Sin embargo, un testigo clave reveló nueva información que podría tener repercusiones en el caso.
Un tipo peligroso
Christian Brueckner, un convicto alemán, es apuntado como el principal sospechoso de la desaparición de Madeleine McCann. Ahora, Helge Busching, testigo clave y que conoció a Brueckner alrededor de la fecha en que la pequeña fue vista por última vez. Ambos fueron presentados por amigos en común y "la primera impresión fue que era un tipo agradable, simpático y sociable", aseguró Busching.
Al tiempo, Brueckner cayó preso por otros délitos. De esa forma, Busching aprovechó para entrar a robar a su casa, en compañía de un amigo llamado Manni. Del lugar, "nos llevamos una cámara de vídeo, un montón de cintas grabadas y una pistola".
Busching decidió revisar los videos grabados en la cámara, y descubrió que "mostraba a alguien azotando a una mujer". Así, relató: "Estaba atada, tumbada en la cama y debía de tener 70 u 80 años. Llevaba gafas de bucear pintadas y no podía ver. Hablaba inglés y gritaba: ‘¡Maldito bastardo! (...) al final del video se sentó en la cama y se bajó la máscara. Entonces vi que era Christian Brueckner. No lo podía creer. Le dije a Manni: ‘Ven aquí y mira lo que está pasando’".
Su amigo le dijo que no quería "saber nada de eso", pese a que Busching insistía en que se trataba de Brueckner. "Ahí supe qué clase de tipo era", señaló Busching luego de revelar que además había visto un video sexual entre una anciana y una menor de 13 o 14 años.
Después de eso, "Manni tiró el arma a un embalse y yo vendí la cámara”. Sin embargo, “más tarde, cuando salí de Portugal, dejé los vídeos en mi casa rodante. No está claro dónde fueron a parar".
Testimonio clave
Un año después de la desaparición de Madeleine McCann, ambos se reencontraron en el Festival del Dragón de Orgiva (España) en 2008. Busching lo vio por el espejo del retrovisor de su auto y Brueckner se unió a él y su grupo. "Aquello fue difícil para mí: sabía lo que había hecho, que el tipo era un peligro de incendio", aseguró Busching.
Ambos comenzaron a hablar y ahí fue cuando Busching comenzó a tener sospechas. "Me preguntó: ‘¿Ya no vas a Portugal ni haces negocios allí? Le dije: ‘No. Desde que la chica desapareció, ha habido demasiados controles policiales para mí y no necesito eso en absoluto. No entiendo cómo la pequeña ha podido desaparecer sin dejar rastro", le dijo.
La respuesta de Brueckner fue corta pero suficiente para que Busching confirmara su teoría. Con un par de tragos encima, el hombre le respondió: "Ella no gritó". Esas tres palabras sigue en la mente de Busching hasta hoy.
"Inmediatamente comprobé lo que decía. Pensé: él lo sabe, tiene algo que ver. Conocía su pasado por los viejos y entonces soltó (...) me puso enfermo, los demás no lo entendían", relató Busching.
La policía no hizo nada
Al poco tiempo se contactó con Scotland Yard (la Policía Metropolitana de Londres) para contar que creía conocer al hombre involucrado en la desaparición de McCann. "Les di el nombre, tomaron mis datos personales y mi número de teléfono, pero no pasó nada. Nunca me devolvieron el llamado y pensé: ‘bueno, se encargarán ellos’", aseguró Busching.
Pasaron casi diez años, y luego de cumplir una condena en Grecia, Busching trató de volver a denunciar. "Me acordé de la llamada telefónica que no pareció ayudar en absoluto, así que volví a ponerme en contacto con Scotland Yard", contó.
Esta vez tuvo más exito y conversó con dos funcionarios en Atenas y después voló a Londres. "Nunca recibí dinero por ello, ni un céntimo. Tampoco acorté mi condena con la declaración. Sólo me puse en contacto con ellos después", quiso aclarar Busching.
En 2018, y por petición de agentes de la Oficina Federal de Investigación Criminal de Alemania (BKA), Busching tuvo que testificar contra Brueckner por abusar sexualmente de la misma anciana que vio en los videos.
Ambos se reencontraron un año después en el Tribunal. “Cuando lo vi, pensé: ‘es un cerdo, por algo está sentado aquí”, cerró Busching en su entrevista a Bild.