El pasado viernes 11 de agosto el ahora exministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, presentó su renuncia. Su salida se dio en el marco de la crisis política que tensiona al Gobierno por el denominado Caso Convenios.
Además, las presiones de la oposición para su salida, condicionaron las instancias de diálogo para el proyecto de reforma previsional.
La condición de la UDI
A través de su cuenta de X -ex Twitter- el presidente de la UDI, Javier Macaya, comunicó que "la UDI está lista para conversar con el Gobierno". Sin embargo, Macaya advirtió que, como condición para el diálogo, el Gobierno debe "cambiar sustancialmente los malos proyectos refundacionales de reforma que ha sustentado".
La ministra del Interior, Carolina Tohá, defendió los proyectos de reforma señalando que "están lejos de ser ideológicos y extremos". Al respecto, el presidente de la UDI señaló que "cuando el Gobierno se muestra inflexible frente a proyectos que la inmensa mayoría de la ciudadanía rechaza, entra una duda gigante".
Macaya agregó en su cuenta personal que "si el Gobierno acepta modificar sus malas reformas, la conversación podría tener éxito".
Otras posturas de la oposición
De manera similar el jefe de bancada de Renovación Nacional, el diputado Frank Sauerbaum, señaló no estar de acuerdo con las propuestas de Gobierno, diciendo que el acuerdo es "independiente de la figura de Jackson o no" y que "no tiene relación con las conversaciones que hemos tenido".
El diputado criticó la postura del Ejecutivo frente a la reforma previsional y advirtió que "mientras no cambie el fondo del proyecto, que es la refundación del sistema previsional, nosotros no estamos de acuerdo en este proyecto y sencillamente lo vamos a votar en contra".
Así, Sauerbaum pidió al Gobierno "hacer una reflexión sobre este proyecto, separarlo. Aprobar primero la Pensión Garantizada Universal y luego de eso, lo demás".