El sábado 8 de julio, el público reunido en el Centro de Artes Escénicas de Saratoga esperaba ansioso el concierto de Noel Gallagher y su banda, The High Flying Birds.
Sin embargo, la emoción se convirtió en sorpresa cuando una amenaza de bomba provocó la cancelación abrupta del evento. El hecho dejó a los 25 mil fanáticos desilusionados y preocupados.
Evacuación sin incidentes
Antes de la actuación de Noel Gallagher, un mensaje en las pantallas del recinto alertó a los asistentes sobre la necesidad de evacuar de manera calmada y seguir las indicaciones del personal y los agentes de policía.
Afortunadamente, la evacuación se llevó a cabo sin incidentes y ninguna persona resultó herida.
Tras una exhaustiva inspección, las autoridades confirmaron que no se encontraron explosivos en el Centro de Artes Escénicas de Saratoga.
Según un comunicado emitido por la policía de Nueva York, diferentes cuerpos policiales respondieron a la amenaza de bomba, realizando un barrido con perros entrenados en busca de posibles artefactos.
Los resultados fueron negativos, lo que confirmó que se trató de una falsa alarma.
La incertidumbre y el silencio de los organizadores
A pesar de la preocupación de los fanáticos y las numerosas preguntas sobre el incidente, los responsables del recinto aún no proporcionan ninguna declaración al respecto.
Además, han ocultado comentarios en las redes sociales que cuestionaban lo sucedido y pedían información sobre los reembolsos.
Preocupación y desconcierto de Garbage
Garbage, una de las bandas teloneras del concierto, expresó su preocupación por los fanáticos y compartió su desconocimiento sobre los motivos que llevaron a la evacuación.
A través de Twitter, la banda envió un mensaje de amor y apoyo a los asistentes. Dejaron claro que no habían recibido información oficial sobre lo ocurrido.
La amenaza de bomba en contexto
Esta no es la primera vez que ocurre una amenaza de bomba en un concierto. En marzo de este año, durante una presentación de Romeo Santos en Santiago de Chile, también se recibió una amenaza similar.
Afortunadamente, resultó ser falsa y el concierto pudo continuar sin problemas.
Desde el trágico atentado ocurrido en el concierto de Ariana Grande en Manchester en 2017, donde murieron 22 personas y hubo 60 heridos, las amenazas de bomba en eventos musicales se toman con mayor seriedad.
En aquel entonces, el ataque fue reivindicado por el Estado Islámico.