El aclamado músico Paul Simon, de 81 años, vendió los derechos de la música producida junto a Art Garfunkel como parte del legendario dúo Simon & Garfunkel.
La compañía adquiriente, Berstelsmann Music Group (BMG), confirmó la transacción, aunque el monto de la venta no se reveló.
Esta venta incluye los derechos de los discos publicados por Simon & Garfunkel entre 1964 y 1970, los cuales contienen himnos icónicos como The Sound Of Silence, Mrs. Robinson, Bridge Over Troubled Water y The Boxer.
Estas canciones, que alcanzaron el número uno durante varias semanas, han acumulado "cientos de millones de descargas" a lo largo de los últimos cincuenta años, según BMG.
El acuerdo que recoge Rolling Stone, abarca "todos los derechos por ingresos asociados" a la producción del dúo. Esto incluye las grabaciones del famoso concierto de Central Park, que atrajo a una multitud de 500.000 personas y se lanzó como un álbum en vivo.
También se incluye el breve reencuentro de Simon & Garfunkel en 2009, aunque en ambos casos los artistas ya no formaban un dúo en activo.
Aunque BMG no confirmó si alcanzó un acuerdo similar con Art Garfunkel, es sabido que este último tiene derechos de autor sobre algunas canciones del dúo, a pesar de que Simon era el principal compositor de los temas.
La enemistad entre ambos artistas es pública y notoria desde hace varias décadas.
Es importante destacar que esta venta de derechos no incluye las canciones producidas por Paul Simon después de la separación de Simon & Garfunkel.
Esta etapa supuso un giro radical en su carrera y le otorgó una enorme fama mundial. Especialmente con el lanzamiento de Graceland en 1986, considerado una de las obras fundamentales de la "world music".
Venta de derechos musicales es una tendencia
BMG ya adquirió los derechos de otros músicos icónicos en el pasado, como Mick Jagger y Keith Richards (núcleo duro de los Rolling Stones), Tina Turner. George Harrison, John Lennon, David Bowie, Scorpions, Iron Maiden, Kurt Cobain y Blondie, entre otros.
En los últimos años, la venta de derechos musicales ha sido una práctica cada vez más común en la industria. Grandes empresas del entretenimiento, como Sony y Universal, y fondos de inversión como Hipgnosis, han participado en esta carrera por adquirir derechos de canciones contemporáneas.