Depeche Mode regresó con su primer álbum en seis años, el decimoquinto en su carrera, Memento Mori una obra difícil, pues tuvo que grabarse tras el repentino fallecimiento del miembro fundador de la banda Andrew Fletcher el pasado mayo.
Un trabajo que no solo afronta la pérdida, sino que está lleno de esperanza y redención y supone su mejor material en largo tiempo.
"Ghosts Again" remixes out now! https://t.co/udcJXx2WEC
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— Depeche Mode (@depechemode) May 5, 2023
El que representó su primer sencillo, Ghosts Again, regresa ahora ampliado con ocho remixes inéditos en los que participan reputados DJ y productores como Massano, Chris Liebing & Luke Slater, Matthew Herbert o Davide Rossi.
El ahora dúo formado por Dave Gahan y Martin Gore está inmerso en su gira mundial de 80 fechas que se inició en marzo.
Según indicaron Dave Gahan y Martin Gore, los únicos integrantes de la formación original, el primer sencillo intenta capturar "el equilibro perfecto entre melancolía y alegría", recoge Forbes.
Las 12 canciones que componen Memento mori recorren múltiples estados anímicos, desde la paranoia hasta alcanzar la catarsis y la alegría, pasando por la obsesión.
Memento mori, alabado por la crítica
La crítica británica alabó la calidad de las letras y los sonidos electro-pop del álbum. La revista especializada NME lo considera como "lo mejor del grupo en lo que va de siglo".
También el diario The Guardian remarca el "extraño y cálido electro pop" que envuelve las canciones de Memento Mori. "Una despedida elegante para Andrew Fletcher", uno de los cofundadores del grupo y teclista, fallecido en mayo de 2022 a los 60 años.
La muerte de Fletcher, que, según sus compañeros, desempeñaba un papel crucial a la hora de atemperar egos dentro de la formación y mantener el barco a flote, asestó un tremendo golpe al resto de músicos y, a la vez, de alguna manera logró unir más a Gore y Gahan.
Memento Mori está producido por James Ford (Gorillaz, Florence and The Machine, Artic Monkeys) y Marta Salogni (Björk, M.I.A, Animal Collective). El diseño visual de la portada del disco estuvo a cargo de un habitual colaborador de Depeche Mode, el diseñador Anton Corbijn.