En una nueva edición de Gabinete Concierto, Francisca Valdés, directora y cofundadora de Mujeres Empresarias, nos contó sobre la vacancia en los puestos de alta dirección del sector público y el aumento del trabajo informal femenino.
La inclusión de las mujeres en los altos cargos
"El Servicio Civil, que es el encargado de este Sistema de Alta Dirección Pública para poner a las personas idóneas en los cargos de mayor jerarquía, está con un 41% de los nombramientos de primer nivel en manos de una mujer. La cifra es una de las más altas en 17 años, lo que es una muy buena noticia".
Sin embargo, hay un problema del que no se ha hablado mucho, y es que hay muchos puestos vacantes. "Ya llevamos ocho meses de este gobierno y todavía hay puestos que no se han designado. Entonces uno se pregunta qué tan atractiva es la oferta del Estado para atraer ese talento y tener a las mejores personas en estos cargos de liderazgo".
El Sistema de Alta Dirección Pública tiene distintas etapas. "Primero se hace un perfil de lo que se requiere, después se hace un concurso abierto donde cualquier persona puede postular y después un consejo de cinco personas decide cuáles son los mejores y le presenta una terna al Presidente de la República. Y es él quien finalmente decide a quién poner. Y si no le gusta la terna, se hace todo de nuevo", explica la empresaria.
"Es un proceso largo, pero tampoco puede ser tan ineficiente de llevar tanto tiempo con tantos cargos vacantes. Entonces ahí pienso que puede ser que las personas que van a postular no lo ven atractivo".
El aumento de la informalidad
Durante la pandemia la fuerza laboral de mujeres retrocedió casi una década. Y el actual escenario económico solo ha deteriorado la ocupación femenina, ya que las pérdidas del empleo se han concentrado lamentablemente en las mujeres. Esto ha hecho que aumenten la cantidad de mujeres que se dedican al comercio informal, ya que para muchas es su única alternativa para ganar dinero.
"Hay muchos hogares donde es la mujer la proveedora y la única a cargo de una familia.Entonces cuando esa mujer necesita parar la olla, obviamente el mercado informal es la puerta de entrada".
"Este les permite lograr levantar las lucas para el día y tener la flexibilidad de poder estar al cuidado de las personas que lo requieren en esa familia. Pero es un daño a la fuerza laboral femenina y es un tema que nos preocupa mucho y que debería ser prioridad para una política pública".
"Cuando tú ingresas al mercado de la informalidad, el siguiente paso quizás es formar una microempresa. Cuando uno ve las microempresas, la gran mayoría son mujeres. Y en medida que se va robusteciendo o se va de alguna manera formalizando y creciendo, las mujeres van desapareciendo porque están en los niveles de la base piramidal".
"Por eso el rol del Estado y de una buena política pública es ir en ayuda de los más necesitados y en este caso de las mujeres para nivelar la cancha y poder ir en ayuda de lo que ellas necesitan. Que básicamente es lo que ya conocemos: redes de apoyo, sala cuna para las personas que no tienen acceso a ella y un montón de cosas que se podrían hacer para nivelar esta cancha", finaliza Valdés.