En una nueva edición de Gabinete Concierto, Antonio Díaz-Araujo, ingeniero civil industrial y gerente general de Unholster nos entregó su análisis sobre la complicada relación que tiene el Ejecutivo con el Legislativo y la crisis de las isapres.
Una mesa sin patas
Este año comenzó con la caída de la mesa de seguridad que habían mantenido el Gobierno con el Congreso para abordar la actual crisis de seguridad que hay en el país. Los partidos UDI y RN renunciaron a la mesa después de que el Presidente Boric indultara a 12 personas condenadas por delitos cometidos durante el estallido social más el exfrentista Jorge Mateluna.
Díaz-Araujo afirma que no entiende cuál es la estrategia del Ejecutivo, ya que estos indultos hicieron desaparecer todo el trabajo de la mesa contra el crimen organizado, que estaba a punto de llegar a un acuerdo.
"Yo siento que esto nubla todo de nuevo. Volvemos a foja cero. Me cuesta ver cómo esto no fue un disparo en el pie por una convicción de que esto era lo correcto por hacer. El presidente puede indultar cuando quiera, pero yo encuentro que el momento es malo. La señal que da a la mesa es que puede salir con cada una de estas cosas en cualquier momento. Por lo tanto parece que hubo poca estrategia en esto".
El experto considera que el actuar del Presidente le va a costar más adelante. Quizás no en la elección del Fiscal ahora, "pero sí en las dos reformas marco que tienen dando vueltas: la reforma tributaria y la reforma de pensiones".
"Cuando tú no tienes mayoría, la estrategia cobra más relevancia aún, porque no tienes los votos y por lo tanto tienes que agradar a mucha gente para poder avanzar en parte de lo que tú quieres. Pero no vas a lograr todo lo que quieres".
La crisis de las isapres
Cerca de 3 millones de chilenos están afiliados a las isapres, sistema que hoy está al borde de la quiebra por el dictamen de la Corte Suprema que les ordena a devolver la cantidad que sus clientes pagaron de más. Frente a este escenario, varias figuras han afirmado que hay que dejar que las aseguradoras privadas dejen de existir, para que todos los chilenos estén en el mismo fondo de salud.
Sin embargo, a Díaz-Araujo le llama la atención que si "la voluntad de este gobierno es tener un sistema de salud solidario y mucho más eficiente, Fonasa no es una prioridad activa en atraer a los chilenos, no porque es la opción que queda sino porque es la mejor elección".
"Yo no creo que necesitemos una ley para que Fonasa opere de igual forma que una isapre, que los bonos sean automáticos, que no tenga que hacer una cola para buscar un bono y cosas por el estilo. A mí me da la impresión de que están todas las medidas ahí, pero lo que sí se necesita es talento para lograr que Fonasa opere de mejor forma. Y por el otro lado, también me queda la duda de si todo lo que han ganado la Isapres históricamente no entra dentro de la ecuación de lo que están perdiendo ellos hoy día. Porque no he visto una cifra que me diga 'las isapres han ganado los últimos 30 años tanta plata y ahora han perdido en la pandemia X cantidad".
"Para los chilenos que están en Isapre o los que están en Fonasa es injusto que el sistema los lleven a un punto colapso, no tiene ningún sentido".