La práctica comúnmente expandida de compartir contraseñas de Netflix con familiares y amigos es ilegal, señala la Oficina de Propiedad Intelectual (IPO) del Reino Unido.
Según el ente, su posición es determinante: es un asunto penal y civil que podría acarrear consecuencias.
Una guerra declarada
Netflix inició este 2022 una pelea contra este mecanismo con el fin de generar mayores ingresos a la plataforma: en vez de que una sola persona pague la cuenta para cuatro perfiles, que cada uno de ellos pague beneficiaría las arcas de la compañía.
Sin embargo, la medida ha sido mal recibida por los usuarios, quienes provocaron su primer descenso de usuarios durante la primera mitad del año.
La IPO se ha involucrado en este proceso en su área de acción y ha sido claro en su parecer.
"Existe una serie de disposiciones en el derecho penal y civil que pueden ser aplicables en el caso de compartir contraseñas cuando la intención es permitir que un usuario acceda a obras protegidas por derechos de autor sin pago", dijo. "Estas disposiciones pueden incluir el incumplimiento de los términos contractuales, el fraude o la infracción secundaria de derechos de autor, según las circunstancias”.
Si Netflix lo quiere, puedes ir a la cárcel
La oficina determina que es responsabilidad del proveedor del servicio, en este caso Netflix, “emprender acciones judiciales si fuera necesario”.
Sin embargo, en ningún momento Netflix ha deslizado esta posibilidad.
Netflix dijo que quería "facilitar" que las personas que toman prestadas las cuentas de otros configuren las suyas propias, transfieran su perfil a una nueva cuenta y creen "subcuentas" para que las personas paguen más por familiares o amigos.
Lo que sí es curioso es cómo ha cambiado la filosofía de la empresa. Ya que, cuando Netflix estaba creciendo en el Reino Unido, el servicio de transmisión bromeó en un tuit acerca de que compartir contraseñas era algo común entre amigos y familiares.