La crisis política peruana alcanzó uno de sus puntos más álgidos durante este miércoles, luego de que el presidente Pedro Castillo anunciara que disolvería el Congreso, lo que llevó a su destitución y detención por trata de instaurar un "auto golpe de Estado".
En Mañana será otro día conversamos con Carlos Meléndez, profesor UDP y académico del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) acerca del escenario político de nuestro país vecino y el futuro que le depara.
Una decisión sin cálculo político
Según Meléndez, el hecho de que Castillo fuera un político con poca experiencia y muy radical hicieron que se fuera quedando solo. "Castillo es un político amateur, que viene de la segunda, quizás hasta la tercera división de la política peruana. En año y medio se fue quedando sin partido político ni grupo parlamentario propio en el Congreso, y por lo tanto tuvo que negociar para mantener los votos que le permitirían protegerse de una vacancia presidencial. Pero así como es amateur también es radical y esa es una muy mala combinación".
La ley peruana permite que el Ejecutivo disuelva el Congreso cuando éste le ha negado la confianza a dos gabinetes ministeriales propuestos por el Presidente. Sin embargo, este no era el caso, por lo que la medida era cinconstitucional. Castillo se disponía a disolver el Congreso, el Poder Judicial, la Fiscalía y convocar a una Asamblea Constituyente. "Una medida totalmente inconstitucional, autoritaria, y también absurda en el contexto peruano. Por suerte las instituciones políticas peruanas reaccionaron adecuadamente. Pero eso no significa que la crisis haya terminado", comenta Meléndez.
El futuro de Pedro Castillo
Actualmente Castillo está en detención preliminar por 5 días, durante los cuáles la Fiscalía presentará las pruebas que permitan pasar de esa detención preliminar a una detención preventiva, que puede ser de hasta tres años mientras se le lleva adelante el juicio.
Para el académico de origen peruano, lo que diferencia a esta destitución de otras es que por primera vez se volvió internacional. "Un elemento nuevo en las crisis políticas peruanas es que ahora tenemos al presidente de México, don Manuel López Obrador, ofreciendo asilo político. Eso no había pasado antes, ni con Vizcarra, ni con Kuczynski".
"Además han empezado a haber protestas pidiendo la liberación de Pedro Castillo. Todavía son muy pequeñas, pero empieza a aumentar la temperatura en la calle", señala Meléndez.
El mandato de Dina Boluarte
El analista tiene la impresión de que con el nombramiento de Dina Boluarte se ganó oxígeno, pero aún no se ha resuleto la crisis peruana. "Yo creo que va a ser muy complicado que Boluarte complete su mandato hasta el año 2026 por dos motivos. Primero porque también carece de partido político. Y segundo, porque también es una amateur política. Ella también pertenece a una segundo nivel de políticos regionales y no tiene conexiones con las bancadas parlamentarias".
Hoy Boluarte necesita apoyos de diferentes sectores políticos para sostenerse por algún tiempo.
"El problema es que no solamente tiene que convencer a diferentes grupos políticos de izquierda y de derecha. Hay una división más profunda en la sociedad peruana que es Lima versus el interior del país. Entonces puede convencer a la élite limeña, quizás de poner alguna figura, a un tecnócrata, y eso podría calmar a Lima. Pero el interior del país, lo que quiere son nuevas elecciones tanto de parlamentarios como de presidentes. Entonces ahí Boluarte necesita también figuras políticas en su gabinete que logren dar alguna señal, alguna conexión, algún nivel de confianza a el surandino, al Centro Andino peruano".
"Ella no tiene la experiencia política para resolver un problema que excede a ella y a los que están en el Parlamento ahora. Esto es una crisis que viene desde el 2016 y hoy estamos ante un episodio más y yo creo que se vienen más episodios, lamentablemente de crisis política en el Perú. No hay una solución a la vista", finaliza Meléndez.