Agustín Vergara, ex participante del proyecto Concausa 2018, actualmente tiene 20 años y mucho de lo que es hoy en día fue influenciado por su participación en el proyecto. Esta es una instancia de participación y protagonismo adolescente organizada por Unicef, CEPAL y América Solidaria. Junto a dos compañeras expusieron sobre el proyecto “Comparte tu libro” el que impactó a toda su comunidad.
Comparte tu libro
Cuando conoció la idea que tenía Antonia Carrizo, una de sus compañeras del proyecto “Comparte tu libro”, Agustin Vergara supo que podía implementarlo en su liceo. En ese entonces estaba cursando tercero medio en el Instituto Nacional y por su amor a los libros comenzó a planearlo. El lanzamiento fue el 23 de abril, se acuerda bien porque es el día internacional del libro y decidió raparse y vestirse como el personaje principal del libro “El niño de pijama de rayas”.
La idea principal del proyecto es crear una comunidad lectora juvenil que pueda almacenar y prestar libros para potenciar que los adolescentes puedan acceder a la lectura de manera gratuita.
Con esa idea, junto a sus compañeras de proyecto Antonia Carrizo y Antonia Moreno, postularon en 2018 a la iniciativa Concausa, impulsada por América Solidaria, Unicef y CEPAL, que tiene como objetivo visibilizar y fomentar el trabajo de adolescentes. Ellos fueron los que representaron a Chile frente a toda Latinoamérica.
¿Qué te motivó a participar en Concausa?
Porque me encanta la lectura y me molesta que la gente no tenga ese acceso. Algo que repetíamos en el proyecto es que la gente dice que no les gusta leer porque aún no han leído el libro que les abrirá la mente. Teníamos la motivación de que todas las personas pudieran encontrar ese libro que les hiciera llorar, reír, imaginar, cambiar el mundo, lo que a mí me pasa con la lectura.
¿Es importante que existan estos espacios de participación adolescente?
Es muy importante porque hasta el día de hoy la juventud no se tiene en cuenta en casi ningún espacio, ni en ambientes juveniles. Vivimos en el dogma de la adultocracia donde todo es de adultos para jóvenes, todo lo que puede emerger de un joven es para adultos y uno como juventud siempre se da cuenta. Desde los cinco años recuerdo que me hacían callar porque era chico, entonces cuando tuvimos la oportunidad de crear estos espacios no necesitábamos que un adulto estuviera monitoreando.
Queríamos decir y compartir sin que pase por todo el departamento de lenguaje como lo era en el caso de “Comparte tu libro”. Nosotros solamente queríamos compartir pero no teníamos espacios, tuvimos que insistir mucho pero unidos pudimos crear una comunidad lectora juvenil. Finalmente tuvimos más de 90 préstamos y 40 libros para prestar.
¿Cómo influyó en tu formación de adolescente haber participado en Concausa?
Fue muy enriquecedor ya que formé lo que soñaba que era tener esta comunidad lectora. También saber gestionar un proyecto y trabajar en equipo. Concausa me abrió la mente, antes tenía la cabeza pequeña, pero cuando llegué a ese lugar con personas diferentes con las que pude interactuar aprendí mucho. También, debido al proyecto, aprendí a ser perseverante. Antes me frustraba mucho, pero con “Comparte tu libro” siempre fue un reto, como por ejemplo conseguir espacios, armar equipos, hablar frente al público y fui superando todo. Por eso me hice más perseverante, estructurado, paciente y tolerante. Yo diría que por primera vez en mi vida me enfrenté a un reto que de verdad lo enfrenté y no lo abandoné.
¿Y qué es lo que te dejó América Solidaria en ese momento y ahora?
Lo que me deja día a día, y es la razón por la que sigo trabajando como guía en Concausa, es que me mantiene soñador y vivo. Me da la oportunidad no solo de soñar, sino que de hacer cambios, primero lo vi con “Comparte tu libro” y luego cuando fui guía de otros proyectos en Concausa 2021. Ese año vi que logré dejar un granito de arena en las personas, que les contagie este Agustín soñador. Ese tipo de instancias me hacen sentir sobre la tierra y las nubes.