Sin duda, una de las drogas alucinógenas que más llama la atención de las personas son los hongos. Esto, porque en diferentes ocasiones, una gran cantidad de expertos han asegurado que la psilocibina (compuesto activo de la sustancia) puede usarse como tratamiento terapéutico.
Aún así, hay muchas personas que consumen hongos como una droga recreativa. Situación que puede terminar en malos ratos, sobre todo para quienes comen más alucinógenos de los que deberían. Esto fue lo que precisamente pasó en Colombia, donde ocurrió una insólita situación.
Comió hongos y secuestró a un enano
Todo habría ocurrido en Medellín. Cuando una joven colombiana compartió a través de Twitter una extraña historia. En su relato, la usuaria de redes sociales, contó que uno de sus amigos se drogó con hongos, concluyendo su viaje alucinógeno secuestrando a una persona con enanismo.
En redes sociales, según reportó T13, la chiquilla afirmó: "Cómo olvidar la vez que un estudiante de cierta universidad en un mal viaje, creyó que había capturado un duende, pero secuestró un enano (sic) y el enano lo denunció".
Asimismo, continuó: "Un grupo de amigos se fue a un pueblo cercano. Se hospedaron principalmente en un hotel, y salieron cerca al pueblo como a pasar la noche. Esa noche metieron alucinógenos, y mientras todo era risas, uno de ellos se alejó. Ya pasado el mal viaje alucinógeno, no lo encontraban".
"Empezaron a buscar, y bueno, al día siguiente regresaron al hotel y encontraron al tipo en la puerta de la habitación, todo feliz. El sujeto malviajado, muy entusiasmado, les dijo que mientras él se había alejado, había encontrado un duende", añadió
Finalmente, la chiquilla explicó que su amigo se había robado al supuesto duende para ir "a su olla de oro". Sin embargo, cuando llevó a su grupo de amigos a ver a la supuesta criatura mágica a un "clóset" donde lo había guardado, resulto ser una cosa completamente diferente.
"Abrió el closet y resulta que era una persona con enanismo. El sujeto con enanismo procedió a denunciar por secuestro", cerró. Una historia insólita de las redes, y tú, ¿la crees?