Uber admitió haber sufrido un ciberataque en 2016 que permitió la filtración de datos de más de 57 millones de usuarios.
Esta confesión de la compañía hacia fiscales de Estados Unidos llega como un acuerdo para evitar ser acusado de cargos penales, cooperando para la resolución del caso.
Uber en problemas
Según se informa, a fines de 2016, dos piratas informáticos robaron datos personales, incluidos números de teléfono, direcciones de correo electrónico y nombres de 57 millones de pasajeros de Uber, además de las licencias de conducir de más de 600 000 conductores que trabajaban para la empresa.
Joseph Sullivan, el director de seguridad de Uber en ese momento, había decidido ocultar la información más importante.
Según recoge Business Insider, Sullivan ofreció 100 mil dólares en bitcoins a los hackers para ocultar la noticia, consiguiendo también que firmaran una cláusula de confidencialidad.
Sin embargo, cuando un equipo ejecutivo "de alto mando" ocupó el centro del escenario, se reveló la brecha y a Sullivan lo arrojaron a las agencias de aplicación de la ley.
Al ex oficial de seguridad ahora lo acusan de fraude electrónico y, como parte del acuerdo de no enjuiciamiento, Uber ayudará a los fiscales a procesarlo.
Multas por el caso
Debido a que el nuevo CEO Dara Khosrowshahi reconoció en 2017 sobre la filtración, pudo salvarse de las sanciones más fuertes de la Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos.
Para evitar los cargos penales, Uber admitió que no informó del caso debidamente. Asimismo, la FTC reconoce que la compañía pagó 148 millones de dólares para cerrar las demandas civiles que generó la filtración.
El caso es uno de los más reciente dentro de la polémica general con Uber.
Solo hace algunas semanas, más 124 mil documentos confidenciales de la empresa se filtraron, en una colección llamada Uber Files o Archivos de Uber.
Los documentos revelan prácticas éticamente cuestionables e ilegales de Uber entre 2013 y 2017, bajo el liderazgo de su primer CEO, Travis Kalanick.