Un nuevo informe del Consejo Nacional para la Capacitación del Periodismo de Reino Unido (NCTJ) encontró que alrededor del 80% de los periodistas provienen de entornos profesionales y de clase alta; un aumento del 72 por ciento en 2016. Según los datos, el 84 por ciento ciento de los reporteros y el 73 por ciento de los editores provienen de clase alta.
¿Qué significaría esto?
La encuesta determinó la clase social preguntando a los participantes el trabajo de la persona que más ganaba en su hogar cuando tenían 14 años y dividiendo estos trabajos en diferentes categorías indicativas de la clase social. Los títulos de trabajo de "clase alta" incluían gerentes y directores; mientras que los puestos de "clase baja y media" incluían trabajos de servicios y trabajadores de fábricas.
Según las estadísticas del gobierno del Reino Unido, solo el 42 por ciento de la fuerza laboral en general proviene de una clase alta, lo que significa que las personas de clase trabajadora están muy poco representadas en la industria de las noticias y que los periodistas tendrían casi el doble de probabilidades que la población en general de provenir de entornos aventajados.
La clase social fue el único factor encuestado en el que la industria del periodismo se vuelve cada vez más desigual con el tiempo; afortunadamente, otras áreas, como la diversidad entre razas y géneros, han mejorado en los últimos años.
¿Por qué ocurre?
Mike Hill, director del programa MA News en la Universidad de Cardiff, explicó por qué se ha vuelto cada vez más difícil para los jóvenes de entornos desfavorecidos ingresar al periodismo.
“Mi biblioteca local está cerrada, mi antigua escuela está en medidas especiales, no hay fondos de los empleadores para enviar personas a cursos de capacitación, la gente está asustada por la cifra de 10,000 euros para pagar la capacitación de posgrado en periodismo”, dijo.
“Luego está la falta de dinero, la falta de red, no conocer a nadie que vaya a la universidad, y mucho menos que sea periodista, y después está el síndrome del impostor”, finalizó.
Desafortunadamente, el periodismo no es la única industria en la que esto es un problema y ha sido históricamente difícil para las personas de clase trabajadora ingresar a las industrias creativas.
Según el Creative Industries Policy and Evidence Centre, las personas de entornos privilegiados tienen el doble de probabilidades de estar empleadas en las industrias creativas que las de clase trabajadora y solo el 28 por ciento de las personas que trabajan en cine, televisión, video y fotografía provienen de antecedentes de clase trabajadora.