Después de ocho años de intensa campaña, un empresario surcoreano, gran admirador de Queen, por fin cumplió su sueño de instalar una estatua de tamaño natural de Freddie Mercury, la segunda en el mundo, en la isla turística de Jeju.
A pesar de que Corea del Sur se asocia más con el K-pop y su grupo de culto BTS, Queen goza de una enorme popularidad en el país.
Cuando era adolescente, Baek Soon-yeob, un hombre de negocios de 57 años de Jeju -e incondicional de la banda de rock británica-, solía escuchar en copias piratas la música de Freddie Mercury, el cantante de Queen que murió en 1991 por complicaciones del sida.
La música de Queen estaba prohibida en la Corea del Sur de los años 1970, donde el régimen del dictador militar Park Chung-hee también prohibía a los hombres dejarse crecer el cabello.
"Las canciones de Freddie Mercury me ayudaron a seguir adelante a pesar de todos los obstáculos en mi camino", cuenta Baek, según recoge Diario Las Américas.
Ocho años de trámites
Con una altura de 1,77 metros, la estatua de bronce del cantante levantando el puño fue presentada en la playa de la isla de Jeju.
Baek pagó por ella 50 millones de wones (40.000 dólares) y realizó ocho años de trámites. "Envié los primeros correos electrónicos en 2014 para solicitar los derechos", explica.
Repitió esta solicitud mensualmente a Queen, pero no recibió respuesta durante siete años. Finalmente, en 2020, los miembros del grupo y su productora acordaron reunirse con él en Seúl, en el primer concierto de Queen en Corea del Sur.
Este concierto se organizó después del éxito fenomenal en 2018 de Bohemian Raphsody, la película biográfica de Freddie Mercury, vista por 10 millones de espectadores en Corea del Sur, una quinta parte de la población total.
La estatua de Mercury encargada por Baek es solo la segunda en el mundo en aprobarse oficialmente por Queen.
La otra se encuentra en Montreux (Suiza), donde el excantante vivió y grabó sus álbumes.