Un estudio realizado en la Universidad de Granada, España, concluyó que tocar un instrumento llegaría a aumentar el coeficiente intelectual de niños y adolescentes hasta 3 puntos.
“Please don't stop the music” se titula el estudio publicado en la revista Educational Research Review. Esta es una de las más importantes del mundo en el ámbito de las Ciencias de la Educación.
Los investigadores cuantificaron la magnitud de los cambios cognitivos que aporta la práctica musical. Así, revelaron que tocar un instrumento puede beneficiar un amplio número de capacidades mentales, como la memoria y la atención.
Resultados del estudio
El trabajo, además, ofrece otros resultados interesantes. En primer lugar, el efecto de la música parece ser mayor cuanto menor sea la edad de la persona cuando comienza a tocar el instrumento y cuanto menor sea su estado de desarrollo cognitivo en el momento inicial. Así, los cerebros más jóvenes y con mayor margen de mejora son los que podrían beneficiarse más. De hecho, el meta análisis observó un mayor impacto de la práctica musical en los niños de ambientes más desfavorecidos.
También los autores encuentran que no todas las actividades musicales producen estas mejoras. Esto es algo que se ha observado con otras actividades con potencial cognitivo: “no todo vale”; es decir, no todas las versiones de esa actividad influyen de la misma manera. En el caso de la música, la evidencia con videojuegos musicales (como el famoso Guitar Hero) o simplemente con escuchar música o no hacerlo no parece ser tan clara.
“Parece que la capacidad estimuladora de aprender a leer partituras y lenguaje musical, sincronizar movimientos de manos y dedos, coordinarse con otras personas en la interpretación de una obra, y mucho más, son claves para este efecto”, apuntan los autores.