Las enfermedades respiratorias son el principal problema de salud que se trata en los servicios de urgencia durante los meses de otoño e invierno, al punto que su prevalencia aumenta hasta en un ciento por ciento con relación a otras épocas del año.
Esto, porque en los meses fríos se presentan las condiciones ambientales que facilitan la propagación de virus y aumenta el riesgo de sufrir una infección respiratoria, ya que puede causar una inflamación en la garganta, que proporciona un ambiente idóneo para los gérmenes y el inicio de la infección.
Estas condiciones son el encierro, la mayor cercanía física de las personas, la falta de ventilación de los ambientes y algunos sistemas de calefacción como la parafina o la leña.
La forma como el contagio se lleva a cabo es a través de las secreciones respiratorias: hablar, llorar, toser, estornudar. Y también al tocar.
Aunque el Covid-19 ha prevalecido en los últimos dos años, existen otras infecciones invernales.
Aquí te decimos cuáles son las enfermedades respiratorias más habituales, qué factores motivan su desarrollo y cómo prevenirlas en casa.
8 enfermedades respiratorias frecuentes en invierno
Resfriado común: Originado por virus respiratorios que producen una inflamación en la garganta y la zona nasal. Es importante tratar bien los catarros para evitar que deriven en enfermedades más graves, como la bronquiolitis, la bronquitis y la neumonía. Entre los síntomas clave del catarro se encuentran la congestión de nariz, las molestias en la faringe, los estornudos, los mocos y la irritación ocular. En ocasiones, también puede aparecer fiebre, pero de forma más leve que en la gripe.
Gripe: Originada por el virus de la influenza. Esta infección vírica es la más común de otoño-invierno, por lo que se recomienda vacunar a las personas más vulnerables como medida preventiva. La gripe causa síntomas muy parecidos a los del resfriado y la Covid-19, como mocos y tos. La principal diferencia es que suele provocar fiebre alta y molestia muscular, que son menos frecuentes en el resfriado, y además aparece de forma más abrupta que la Covid-19.
Covid-19, desarrollada por el coronavirus SARS-CoV-2. Se manifiesta a través de síntomas muy variados, que pueden dificultar su diagnóstico, como fiebre, tos, mucosidad, dolor de garganta, dolor muscular, pérdida del olfato y el gusto y diarrea, entre otros. Ante estos indicios, es importante su detección precoz para evitar otros contagios en la familia.
Bronquiolitis, debido al Virus Respiratorio Sincicial o VRS. Esta infección vírica produce una inflamación en las vías respiratorias inferiores y cursa con más gravedad en los menores de un año. En concreto, se identifica por su característica tos y los problemas respiratorios que ocasiona debido a la segregación de moco. Otros indicios de esta infección viral pueden ser los burbujeos y pitidos que se sienten al respirar, los movimientos de las costillas y la falta de apetito.
Laringitis. También es una de las infecciones respiratorias habituales en los meses de invierno, e incluso sus síntomas, como la tos seca, los problemas respiratorios y los ruidos al respirar, pueden ser similares a los de la bronquiolitis. Sin embargo, se diferencia en que afecta a la laringe, es decir, a las vías respiratorias altas, causando ahí su inflamación.
Bronquitis. Es una infección respiratoria generalmente de origen vírico, que causa problemas respiratorios, fiebre y broncoespasmo debido al estrechamiento de los bronquios. También se caracteriza por provocar tos bronquial, que se diferencia de la tos faríngea del catarro.
Amigdalitis de origen vírico o bacteriano. Se trata de una infección de la garganta que puede producirse de manera repetida, llegando a recomendarse la extracción de las amígdalas en ciertos casos. La amigdalitis causa pus en las amígdalas y fiebre, entre otros síntomas. Dependiendo de su origen, se puede prescribir el uso de antibióticos.
Neumonía. Esta infección del pulmón puede ser de origen bacteriano, vírico o fúngico, y provoca la acumulación de líquido y otras secreciones en el alveolo. Es importante poner especial precaución en las personas más vulnerables, como niños o personas con EPOC, la enfermedad obstructiva pulmonar, recoge Infobae.
Medidas para prevenir las infecciones respiratorias
- En la calle, abrígate bien. Eso sí, en el interior, no hace falta que te mantengas tan abrigado, puesto que esto podría hacerte sudar.
- No acudas con recién nacidos a lugares con grandes aglomeraciones, como centros comerciales, para prevenir contagios.
- Evita fumar cerca de los niños, así como exponerlos al humo del tabaco, ya que esto es muy perjudicial para ellos.
- Mantén una correcta higiene de manos usando agua y jabón o gel hidroalcohólico.
- Incorpora alimentos que contienen vitaminas A y C para ayudar a fortalecer el sistema inmunológico. Estas vitaminas puedes ingerirlas a través de frutas, como naranjas, limones, limas y mandarinas, y de verduras de hoja verde oscura.
- Recuerda ventilar las habitaciones cada día para que el aire se renueve.
- Bebe suficiente agua y líquidos. Así las fosas nasales no se resecarán.
- Usa la mascarilla en lugares concurridos y cerrados.
- Favorece la lactancia materna, puesto que ayuda a proteger al menor de la bronquiolitis. Otra medida orientada a la prevención de esta infección consiste en tener un menor contacto con niños más mayores que van a la guardería o al colegio.
- Evita el contacto con personas enfermas.