Y decidió hablar. Un día después de que el video se hiciera viral, la mujer identificada como Bernardita dio declaraciones a un matinal de la televisión chilena.
Ahí dijo: “me descontextualizaron de lo que me pasó. Yo he ido mil veces a hablar con él (dueño del local) y el alcalde. Esto viene desde hace mucho tiempo”.
Para luego añadir: “Nosotros tenemos ese lugar, vamos a Maitencillo hace 60 años y siempre hemos tenido tranquilidad. Ahí, donde está ese restaurante, había un bosque. Cortaron los árboles, y lo que era un kiosquito terminó convirtiéndose en un Estadio Nacional”.
“Fui en diciembre a hablar con él porque estaba todo el día con la música a todo chancho, pero me empezó a hablar puras tonteras. El otro día fui porque ya era mucho. Está al lado de mi casa, se agrandó para adelante, y además tiene una terraza hacia la playa. Es una invasión que no corresponde”, dijo después.
Eso sí, reconoció que no manejó bien la situación: “Yo partí al restaurante muy enojada, me salí de mis casillas. Yo quería hablar con el dueño, pero se escondió y se hizo el tonto. Él fue un plomo, me empujó, entonces la gente me empezó a tratar mal y yo me defendí. Obviamente no era la forma”.
“La forma ensucia el fondo, yo hago el mea culpa, me da lata por mis niños todos estos memes. No debería haber dicho todas esas brutalidades, fuera de contexto", finalizó la mujer del video viral en Maitencillo.