Hace ya tiempo que te venimos contando acerca de Spencer, el nuevo proyecto del cineasta chileno, Pablo Larraín. La película es una versión íntima y a la vez oscura sobre la vida de la Princesa Diana, interpretada por Kristen Stewart.
La película llamó inmediatamente la atención debido a su contenido y al gran nivel artístico. La semana pasada el filme tuvo su estreno oficial en las salas del Festival Internacional de Venecia y en este momento se exhibe en otros encuentros cinematográficos.
Recientemente en una entrevista con el diario Los Angeles Times, Stewart ha llegado a relatar que sintió que Diana le daba su aprobación para ponerse su piel en ese papel.
Lady Di
En un momento de la película podemos ver a Diana comunicándose con el espíritu de Ana Bolena. Stewart es preguntada en la entrevista con la publicación estadounidense sobre si ella ha tenido ese tipo de experiencias extracorpóreas.
“No”, contesta la actriz que alcanzo fama con la saga Crespúsculo. "Pero sentí sensaciones espirituales haciendo esta película. Incluso aunque estuviera fantaseando. Sentí que había momentos en los que ella me daba una especie de aprobación. Da miedo contar la historia de alguien que ya no está vivo y que se sintió tan acosada. Nunca quise sentir que invadiéramos nada, simplemente estábamos añadiendo aristas a algo hermoso”, agrega.
Luego, el periodista incide en si la actriz llegó a tener algunos momentos en los que sintió a Diana de Gales con ella, cercana, presente. “Ella me resultaba muy viva cuando estaba haciendo la película, incluso si era solo una fantasía mía. Pero había momentos en los que mi cuerpo y mi mente se olvidaban de que había muerto. Y de repente me venía una imagen de lo que había ocurrido. Y de todo lo que dejó atrás. Y me quedaba sorprendida por una emoción renovada, cada una de las veces. Quizá dos o tres veces a la semana me hundía completamente por el hecho de que ella hubiera muerto. No podía asumirlo, porque yo luchaba por mantenerla viva cada día”.
Kristen Stewart le ha dado muchas vueltas a la figura de la princesa, a cómo se sentiría, a las dificultades que habría tenido. “No creo que pudiera llegar a aceptar el rechazo. Ya no podía soportar la mentira. Y ese es un sentimiento con el que resulta muy fácil identificarse. A mí me enfadaría, creo que a cualquiera. ¿Cómo no empatizar con eso?”, reflexiona.