La última encuesta Cadem-Plaza Pública reveló que el diputado Gabriel Boric (CS), se impondría en las próximas elecciones presidenciales de noviembre a Sebastián Sichel.
El sondeo reveló que el 30% de los consultados votaría por Boric, en caso de que las elecciones fuesen el próximo domingo. Le siguen Sichel (25%), Yasna Provoste (12%), José Antonio Kast (8%), Jorge Sharp (4%), Paula Narváez (3%) y Carlos Maldonado (1%).
Asimismo, el 34% de los encuestados cree que el diputado del Frente Amplio será el próximo Presidente de la República. Más atrás aparecen Sichel (30%), Provoste (16%), Kast (4%), Narváez (2%), Sharp (2%) y Maldonado (1%).
Segunda vuelta
En un escenario de segunda vuelta presidencial, Gabriel Boric (46%) se impondría a Yasna Provoste (34%), y con el mismo 46% de los votos superaría a Sebastián Sichel (42%).
Por su parte, el ex ministro de Desarrollo Social vencería con el 45% de los sufragios a la presidenta del Senado (36%) en el balotaje.
Unidad Constituyente
En cuanto a la consulta ciudadana que realizará Unidad Constituyente para elegir a su abanderada/o, Provoste se impondría con el 59%, seguida de Narváez (15%) y Maldonado (5%) según Cadem.
Cabe consignar que el Partido Progresista anunció que no participará de la consulta ciudadana para elegir a la candidata o candidato presidencial del conglomerado.
Mediante una declaración, el PRO afirmó que “la mayoría de los partidos de la Unidad Constituyente (Partido Socialista, Partido Demócrata Cristiano, Partido Radical, Partido por la Democracia y Ciudadanos) y el Partido Liberal–Nuevo Trato, han acordado una consulta presencial, como mecanismo para resolver una candidatura única del sector para las elecciones presidenciales de noviembre”.
“Respetamos la decisión de la mayoría de los partidos aliados, pero como Partido Progresista no podemos hacernos parte de este proceso. Dado que, si bien abre a la ciudadanía el proceso de decisión presidencial del pacto, al no contar con la tutela del Servel como en las primarias legales, enfrenta el desafío de asumir las complejidades que presenta el padrón electoral y un coste económico organizacional y operacional de enorme envergadura”, agregaron.
