Hablar de Back to Black, segundo y último álbum de estudio de la cantante de blues Amy Winehouse, es referirse a uno de los trabajos más celebrados en la historia de la industria musical durante la primera década del siglo XXI.
La producción contó con grandes éxitos como Rehab, You Know I'm No Good, o la desgarradora balada que da título a este material, Back To Black.
Lanzado en el año 2006, el álbum contó con la colaboración de Chris Elliot como arreglista de sus apartados orquestales.
Elliot reveló que Winehouse no deseaba agregar ningún instrumento de cuerda en sus pistas musicales, y reveló en una reciente entrevista los desafíos que enfrentó al armar la instrumentalización de este material.
"Mark Ronson, Darcus (Beese, de Island Records) y Tom (Elmhirst) escucharon las mezclas y sintieron que podría haber otro color en los temas", comentó Elliot en una conversación con Uncut.
"No querían que viniera del mismo mundo de sonido de Frank (álbum debut de Winehouse en 2003), dijo."
Winehouse: "No quiero ninguna maldita cuerda en el álbum"
Elliot señaló que Tom Elmhirst sugirió agregar instrumentos de cuerda, pero Winehouse "no era fan de la idea".
"De hecho, ella dijo, sin rodeos a Mark (Ronson, productor ejecutivo del álbum): 'No quiero ninguna maldita cuerda en el álbum'", indicó.
Pese a que los deseos de Amy Winehouse serían cumplidos en la primera edición del álbum, Chris Elliot optó por agregar arreglos de cuerdas en la reedición de 15 aniversario, tratando de que estos arreglos funcionen de la mejor manera para el contexto de este material.
Chris Elliot señaló que tras editar algunas notas y repasar cada canción dos veces, Ronson le recordó lo mucho que Winehouse odiaba las cuerdas.
Acordaron mantener estos arreglos de forma baja, y concluyeron que le agregan al material un sonido aterrador.
Elliot sostuvo que su trabajo en el álbum está completamente inspirado en bandas sonoras de películas, lo cual le permitió construir la intensidad de su atmósfera.