El Consejo de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), reunido en forma virtual, ratificó este jueves la Copa América en Argentina y Colombia.
En la reunión de hoy se analizaron los avances que ambos países debían reportar respecto de la organización de la competencia que comenzará el 13 de junio y que estará marcada por las restricciones derivadas de la pandemia.
En ambos casos, los informes fueron aprobados. No obstante, el organismo seguirá de cerca la situación ante la eventualidad de que tenga que recurrir a un plan B.
Las dudas acerca de que las sedes originales del certamen pudieran albergar la competición, tanto por la pandemia como por la crisis que vive el país cafetero, pusieron a Chile como opción para recibir el evento.
De continuar con la organización actual, el Grupo A, compuesto por Argentina, Bolivia, Uruguay, Chile y Paraguay se disputará al otro lado de la cordillera.
El Grupo B, integrado por Colombia, Brasil, Venezuela, Ecuador y Perú, se jugará en el país cafetero.
Chile estaba prevenido
En Chile aguardaban la decisión con cierta ansiedad, como recoge La Tercera.
Primero, por el interés natural de volver a recibir a los mejores jugadores del continente, tal como sucedió en 2015.
Y luego porque existía la convicción de que la capacidad organizativa que ha mostrado el país para realizar grandes eventos a nivel continental le permitiría reaccionar rápidamente en la eventualidad de que se le asignara la responsabilidad.
De hecho, el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, había manifestado la apertura del gobierno a la idea.
"Chile tiene una inversión importante en materia de infraestructura deportiva. Si no hay que hacer ninguna inversión y si se cumplen las medidas sanitarias, Chile puede ser una alternativa", declaró el secretario de Estado.
"Hay que entender que así como Chile en su momento no pudo realizar algunos eventos internacionales, hay otros países que también están viviendo realidades complejas en lo sanitario y social", añadió.
Incluso, ya se habían lanzado líneas con relación a las posibles subsedes. Se concentrarían en la capital y en las regiones más cercanas, para evitar desplazamientos importantes.