China logró este sábado aterrizar en Marte su sonda Tianwen-1, lo que marca un hito al ser la primera vez que consigue posar un módulo de aterrizaje en un planeta que no es la Tierra, según ha informado la agencia estatal de noticias Xinhua.
Tianwen-1 despegó de la Tierra el 23 de julio y alcanzó la órbita del planeta rojo en febrero. El vuelo es uno de los más difíciles que jamás haya emprendido China. El aterrizaje es un gran desafío, ya que Marte tiene su propia atmósfera, a diferencia de la Luna.
Si todo va según lo planeado, el rover Zhurong que transporta la sonda, llamado así por el dios chino del fuego, investigará el Marte durante al menos tres meses.
Los rovers pesan alrededor de 240 kilogramos, tienen seis ruedas y cuatro paneles solares y pueden moverse sobre la superficie de Marte a 200 metros por hora, recoge la agencia DPA.
Lleva instrumentos científicos que se utilizarán para recopilar información sobre la composición de la superficie del planeta y su estructura geológica y clima.
Con su primer aterrizaje en Marte, China quiere alcanzar a Estados Unidos, que ya ha enviado varios dispositivos de investigación para recorrer el planeta.
La Unión Soviética tuvo un aterrizaje exitoso en la década de 1970, pero finalmente perdió el contacto con su sonda.
Pekín ha expandido constantemente su programa espacial en los últimos años y tiene misiones planeadas para décadas en el futuro.
La misión china es uno de los tres vuelos a Marte que se lanzaron desde la Tierra el verano pasado. Los otros lanzamientos fueron de Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos, que logro aterrizar el rover Perseverance en febrero.
Cohete chino
Este mes otro artefacto chino causó alarma en el mundo. El gobierno chino informó que los restos de su cohete Larga Marcha-5B Y2 ya entraron en la atmósfera terrestre. El artefacto de casi 22 toneladas orbitaba fuera de control sobre nuestro planeta.
Según el informe de China, la mayoría de los escombros se desintegraron al hacer contacto con la atmósfera terrestre, consigna el canal CGTN. El cohete viaja sin control a alta velocidad. Se calcula que recorre unos 28.000 kilómetros por hora. A ese ritmo, es capaz de completar una vuelta a la Tierra en tan solo una hora y media. Es por eso que decenas de países levantaron alertas por su posible impacto.
A propósito de este incidente, la Nasa afirmó que China “no cumple con las normas de responsabilidad” en relación a los desechos espaciales, luego que los restos de un cohete lanzado a fines de abril cayeron en el océano Índico, tras días en los que incluso se temió que pudieran precipitarse sobre un territorio poblado.