"The Crown", es una de las series más exitosas de los últimos años de Netflix.
Recrea la vida de los personajes de la realeza británica gracias, en parte, a un trabajo exhaustivo de los productores artísticos.
Ellos debieron pensar en todos los detalles de las locaciones. Principalmente, la del Palacio de Buckingham, lugar al que no pudieron acceder sin la autorización de la reina Isabel II.
El diseñador de producción de "The Crown", Martin Childs, reveló al diario The Times que la producción llevó adelante una investigación para recrear tanto como fuese posible la residencia de la corona.
Medida poco convencional
Sin embargo, ante la negativa con la que se encontraron de parte de las autoridades del Palacio londinense para poder acceder a su interior, decidieron recurrir a una táctica poco habitual.
Childs contó que pudo asistir al Palacio de Buckingham a través de "un tour como turista".
Allí debió tomar nota y recordar hasta el mínimo detalle de 15 espacios, entre ellos salones y oficinas para poder reconstruir con exactitud las locaciones en la serie.
En ese momento, los salones reales estaban abiertos al público, por lo que cualquier turista que pagara los 30 euros podía conocer, incluso, el salón del trono y el salón blanco.
No obstante, algo que no estaba incluido en el paquete eran las habitaciones privadas de Isabel II y el príncipe Felipe de Edimburgo.
"Lo único que sabía era que en los apartamentos del piso superior, las habitaciones están distribuidas en forma continua y conectadas por puertas, en lugar de pasillos", dijo.
"Así se ubican el dormitorio, el vestidor de la reina y el dormitorio del príncipe Felipe. Entonces, tuve una metáfora arquitectónica de un matrimonio extraordinario. Significaba que podían cerrarse las puertas el uno al otro, que habría distancia y cercanía entre ellos cuando quisieran", aseguró.
"Siempre que estaba en una habitación miraba a través de las puertas hacia la siguiente para ver qué encuadres interesantes se producirían en la pantalla", sostuvo Childs.
De esta forma, el diseñador pudo recrear todos los detalles de la vida de los reyes de la monarquía británica detrás de las puertas de uno de los palacios más famosos del mundo.