La Mona Lisa, o también conocida como, La Gioconda, es una de las obras más famosas de toda la historia del arte. Su característico estilo, los misterios tras su creación o simplemente su sonrisa, la han convertido en una de las piezas más enimágticas de todo el mundo.
La obra, pintada en 1503 por el visionario artista, Leonardo Da Vinci, vuelve a hacer noticia. Esto, debido a que el crítico de arte, Kelly Grovier, publicó un análisis de la pintura, donde presentó un detalle nunca antes visto.
El artículo en cuestión, habla acerca de la silla en la que está sentada la mujer, un detalle en el quizás muchos nunca se habían fijado.
Según dice el artículo plantea fque "al girar su mirada ligeramente hacia la izquierda para encontrarse con la nuestra, la Mona Lisa no está sentada en cualquier banco o taburete viejo, sino en la conocida popularmente como silla pozzetto. El pozzetto introduce un sutil simbolismo en la narración que es tan revelador como inesperado".
Nuevo significado
Este detalle, aunque parezca menor, cambia por completo muchas de las concepciones modernas de La Mona Lisa. Según lo que dice Grovier, ahora, las aguas que se ven tras la mujer ya no están distantes y desconectadas, sino que son un recurso que dan vida a la pintura. Por ende, se vuelve parte del entorno natural del retrato.
El crítico dice que "al situar a la Mona Lisa dentro de un 'pozo pequeño', Da Vinci la transforma en una dimensión siempre fluctuante del universo físico que ocupa. La Mona Lisa no está sentada frente a un paisaje. Ella es el paisaje".
Sin lugar a dudas, este retrato seguirá siendo uno de los más enigmáticos de la historia. La Mona Lisa, con o sin agua sigue causando misterios a más de 500 años desde su creación original.