Este martes 23 de marzo se cumple una década de la muerte de la actriz Elizabeth Taylor, debido a una insuficiencia cardíaca congestiva que se había complicado y que causó que estuviera seis semanas ingresada en el Hospital Cedars-Sinai de Los Ángeles.
Fue una de las actrices más laureadas y aclamadas por el público. Especialmente, desde la década de los 50 hasta la de los 70.
Tuvo una trayectoria muy prolífica, con más de 50 películas a sus espaldas y superó los 60 años de carrera.
Sus ojos, de color violeta, y su belleza resultaban muy llamativos.
Los siete maridos, los ocho matrimonios (con uno repitió), la historia de amor más tórrida de Hollywood, los múltiples amantes célebres, las decenas de películas, los dos Oscars, las tapas de revistas, los perfumes, la colección de joyas, las actividades filantrópicas.
Además, fue una activista muy destacada en la lucha contra el sida.
El American Film Institute la nombró la séptima mejor estrella femenina de los 100 primeros años del cine norteamericano en el año 1999.
A continuación, los mejores filmes de la actriz para conmemorar una década sin la diva.
Gigante (1956)
Riqueza, romance y pasión en Texas, una historia épica para un elenco igual de legendario: Rock Hudson es la estrella según el contrato, James Dean quien le roba el protagonismo a golpes de carisma, pero Elizabeth Taylor se lleva en el corazón de la película basada en la novela homónima de Edna Ferber.
La gata sobre el tejado de zinc (1958)
Richard Brooks eligió llevar al color su adaptación de la obra de Tennessee Williams para aprovechar la combinación de miradas: los peculiares ojos violetas de Taylor y el profundo azul de Newman. La angustia y tristeza de su personaje es real: durante el rodaje, su esposo había muerto en un accidente aéreo.
De repente, en el verano (1959)
En la Nueva Orleans de 1937 una rica viuda ofrece a un doctor financiar un hospital a condición de que practique una lobotomía a su sobrina, testigo de la extraña muerte de su primo y quien podría revelar un vergonzoso secreto familiar. Una extraordinaria Elizabeth Taylor en otra obra brutal de Tennessee Williams.
Cleopatra (1963)
Proyecto legendario, cuya leyenda no se basa solo en el cheque por un millón de dólares cobrado por Taylor, sino porque entre sus decorados clásicos se inició su adúltero romance con Richard Burton. Qué importa que 20th Century Fox quedara al borde de la quiebra tras el rodaje: Liz brilla.
¿Quién le teme a Virginia Woolf? (1966)
Siendo veinte años más joven de lo que exigía el papel, la actriz aumentó 15 kilos para encarnar a una cincuentona alcohólica asfixiada en un matrimonio al borde del odio, al lado de su también amado y odiado Richard Burton. Su magistral interpretación le valió su segundo como Oscar Mejor Actriz.