Tras la celebración de Año Nuevo, las calles de Roma amanecieron con cientos de aves muertas, producto de fuegos artificiales.
Según informa El Mundo, se trata de cientos de estorninos que cayeron al suelo y que murieron por infartos provocados por el lanzamiento de fuegos artificales y petardos.
Esto, pese a que se ingresó una ordenanza municipal para evitar el lanzamiento ilegal de fuegos de artificio.
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