El sacerdote jesuita Felipe Berríos descartó ser candidato a la convención constitucional, pese a que varios lo consideraban una buena opción.
Al detallar los motivos, aprovechó de hacer una crítica a la institución que representa: "Agradezco a la gente el cariño, la confianza" pero "pertenezco a la iglesia católica y estoy convencido que durante 3 décadas por lo menos, la jerarquía de la iglesia chilena usó y abusó de su poder fáctico en frenar leyes, en violentar la conciencia de los congresistas para frenar leyes como la del divorcio o la filiación".
Por tanto, "éste es el tiempo para los laicos" y de que “los curas estemos callados". Además, "jerarquía tiene que dar un paso al lado y aprender a escuchar a la gente".
Polémica por ‘primera línea’
El sacerdote también se ha mostrado partidario de bajar las penas y acelerar los procesos que enfrentan los detenidos en manifestaciones tras el estallido social, varios de ellos integrantes de la llamada ‘primera línea’.
"Los que están presos hoy día, la mayoría de ellos (...) son chiquillos que estudian y trabajan", lamentó Berríos. No obstante, aclara que hay que saber diferenciar y "no meterlos a todos en el mismo saco" con anarquistas radicales, personas ligadas al narcotráfico o barras bravas.
Haciendo esa diferenciación, sostuvo que "se puede hacer penas alternativas, ¡si son muchachos!".
Aclaró que a estos detenidos "no me gusta llamarlos presos políticos, porque le da altiro una onda como un grupo ideológico" y "uno se imagina un cierto movimiento, redes de apoyo, una cuestión ideológica. No es eso. Son chiquillos que se hastiaron de ver a su abuela prácticamente sin pensión", entre otras situaciones difíciles.
“No justifico la violencia, pero la entiendo”, concluyó.
Violencia, política, temor a nuevo fascismo
Uno de los puntos que llamó la atención de Felipe Berríos fue la quema de iglesias por parte de lo que él catalogó como "grupos radicales anarquistas", en especial la expresión “la única iglesia que ilumina es la que arde”.
“Nos hemos acostumbrado a decir frases choras, fuertes, y no nos damos cuenta que esas frases minan la democracia y van creando ambiente para una nueva clase de fascismo".
En esta línea, resaltó que "lo jodido es que nosotros durante la pandemia prescindimos del fútbol, pero no podemos prescindir de la política". Mas, cuestionó el tono que se ha dado en discusiones como la del 10%.
"Es desesperante, porque uno ve estas actitudes" como celebraciones en la cara de los ‘vencidos’, y “no se trata de fregar que un grupo le gane al otro” en política.
“Tengo miedo de que surja una especie de nuevo fascismo”, insistió, alertando que los “fascismos atraviesan a todos” los sectores.